Saturday, March 29, 2008

El punto en que la musica pasa a ser ruido

- Tomas una pieza musical y le vas cambiando cosas. Reemplazando notas por sonidos al azar. Alterando el timbre de un instrumento. Sacando de ritmo algunos compases. Reemplazando una tecla por un martillazo. Un motor de heladera, un cepillo de metal, una tabla que golpea con otra.
Cuando los cambios son pocos parecen fallas de la grabación, ruidos de interferencia, quizá un atril que se cayó al piso, viento en un micrófono... Cuando aumenta la cantidad de cambios, se hace muy molesto. Hasta que llega el momento en que ya no es una pieza musical. Ya no estamos tratando de oír a través de los errores la melodía original. No reconocemos un patrón y la expectativa descansa. ¿Ha muerto el animal?-
La gallega dijo eso y lo miró a los ojos fugazmente. Volvió a mirar los hielos de su vaso y le preguntó al señor de chaqueta.
- Tu me ves muy muerta?-
- Que va! – dijo el otro – No he visto en ningún lado tanta salud junta como dentro de esas calzas.
Ella pensó que el piropo era una señal de tapón de cera en el oído. No recordaba su nombre aunque se lo había dicho al presentarse media hora antes. Le estaba hablando al tío este del wisky doble porque era de la misma generación que Max. Porque usaba chaqueta y se sentaba en la barra como él. Le estaba hablando a una edad y un estilo de hombre como si de alguna manera Max también estuviese oyendo por pertenecer a esa categoría.
La conversación fue un fracaso prolongado por el alcohol. Pero el otro entendió al final cuando ella le mostró la foto.
La tomó en las manos y se puso los anteojos como hubiese hecho Max, dándole importancia al hecho de mirar.
Era una foto que había estado pegada en una hoja de cuaderno con renglones y luego recortada con tijera. Era en blanco y negro. En primer plano, ocupando un tercio de la foto, se veía una mancha blanca en la que, por las formas de una oreja, se adivinaba medio rostro de perfil demasiado cerca del flash. En el resto de la foto había un mozo poniendo botellas sobre una mesa. En la mesa una señora con rodete y un hombre a quien el brazo del mozo le tapaba el pelo. Parecía estar riéndose de algo audaz que hubiese dicho ya que la mujer de rodete no compartía el chiste. El brazo del mozo echaba una sombra sobre su boca que parecía una barba rara. La foto originalmente no hubiese servido para identificar un asesino y menos aún en el estado de desgaste que tenía ahora.
El otro se sacó los antojos y le devolvió la foto. Como se hace un agujero en un papel con un cigarrillo, en su interior, estaba admitiendo que no dormiría con ella. La idea creció como sie elpapel se siguiera quemando: la chica tampoco dormiría con el de la foto. Y la mujer de rodete comería de la olla unos fideos recalentados antes de acostarse sola. Y los tranvías estaría llenos de personas con aspecto normal, ocultando fotos de amores imposibles en sus billeteras. Y si escucháramos el concierto de todo eso no sería una melodía sino un ruido de una fábrica en que se producen días baratos.
Pero el animal no ha muerto, verdad? - se dijo el otro, al llegar a su cuarto de hotel, con esa resignación con que los borrachos le hablan al espejo del baño.

Thursday, March 20, 2008

Respuesta al último post de Mat

Se puede escribir prolijamente
llenando de hormiguitas el renglón.
Las hemos visto y podemos imitarlas
y podemos, escaparnos sin pagar.

Pero ojo que la hormiga es un ladrón
que copió a la que copió a la anterior
también la que enterró los dinosaurios
y otra que observó su evolución


Esa cadena sube y baja por el tiempo
Por eso al copiar esta que ves
no te preocupes por que la forma sea la misma
que dibujaste ayer o antes de ayer

La transparencia del vidrio no se toca
lo que siente el que baila no se ve
no se escucha el peso de las rocas
ni lo que mueve las hojas del laurel

pinta tu aldea y serás pintor
el gallo pinto no pinta
el que pinta es el pintor
adentro de él y solo allí esta el color.

Carrera

Cuando muera el último hombre...

Qué morirá antes, su cuerpo o su nombre?

Wednesday, March 19, 2008

Quietud

Era un colegio privado, caro, pero vivíamos con hambre. Y en el recreo se despertaba la posibilidad de conseguir algo. Como perros nos distraíamos de nuestros juegos cuando veíamos comida. Si alguien se compraba un sándwich, un turrón o unos caramelos en el kiosco, inmediatamente tenía a un par de sus amigos más cercanos pidiéndole y a los demás mirando con envidia y reprimiéndose, a sabiendas de que su pedido sería infructuoso. La botella de crush o de coca generaba la misma reacción y sus dueños prendidos al pico como terneros denegaban con sonidos guturales los pedidos. Un trago era el objeto de una codicia unánime e indiscutida.
La vida de una persona puede definirse por los recuerdos que tendrá en la cama de su muerte. Yo se que hay uno que no faltará y me rebela lo caprichoso y poco épico del asunto. Era ese patio de ásperas baldosas esterilizado desertificado por millones de pisadas de zapatos negros mal lustrados y de cordones sueltos Medias personas vestidas con sacos azules y pantalones grises se arrastraban por el piso o jugaban al fútbol con tapitas de botellas y esgrimían proyectos de emociones que apenas se respetaban. Una persona entera se destacaba entre todos: una mujer. La maestra a quien le tocaba cuidarnos ese día. Ella no estaba obligada a hacer la cola del kiosco y hacía su pedido a María por sobre las cabezas de los chicos.
La escena que no olvidaré es cuando vino a devolver la botella de coca, también por sobre las cabezas. Vi cuatro cosas que me quedaron grabadas: sus zapatos de tacos altos que mostraban los dedos de sus pies, sus ojos pintados con unas líneas negras, la pajita blanca que sobresalía de la botella y que era un privilegio de los maestros, la marca de rouge en la punta de la pajita, y por sobre todo esto: el hecho de que estaba devolviendo una botella con un tercio de coca-cola sin tomar. Los chicos que estábamos en la fila miramos pero no dijimos nada. Era tremendo pero la vida continuaba.
En algún momento entre aquel episodio y hoy he dejado de codiciar la coca cola de aquella forma.
Tampoco tengo la pasión que sentía antes por probar cualquier deporte nuevo.
Ya no me interesa atrapar la mirada de esa mujer en el subte y sentir como ella y yo somos súbitamente filamentos incandescentes venciendo la oscuridad.
El canto de sirena que envuelve al abstruso comercio carnal se ha disipado y solo se me ofrece a los sentidos lo impertinente de ese abuso de confianza.
El dinero… visto que se transforma en una y no en todas las cosas… habiendolo usado repetidas veces… ahora se me olvida, cada vez me cuesta más tenerlo en cuenta.
El elogio, por el que tanto trabajé, es para el que elogia. Se esconde el egocentrismo en la lisonja. Nadie que me lo haya dado lo ha soltado… al menos nada tengo.
En cuanto a escribir con intención literaria, me entretuve eligiendo las palabras y su orden…pero sé que la cantidad de posibles combinaciones es finita.
El alcohol… viene y va. Como el carnaval. ¿Cuántas veces quieres ir al carnaval?
Los cielos de colores siempre me han gustado por su efímera generosidad. La hora del ángelus. Ayudan a tomar concienciay al carpe dime. Pues bien, eso ya está. Lo veo y pienso y siento lo que pensé y sentí ayer.
Las repeticiones gastan y las novedades… tanta novedad ya es repetitiva.

Ahora que lo dije miro tu mirada. Por un instante te oigo quejarte de que deshonro la vida. Porque me tenés fe, le buscás a mis palabras un sentido superior. Finalmente tu mirada queda quieta. Y en esa quietud vuelvo a sentir lo que sentí por la botella de la maestra.

Sunday, March 16, 2008

Consorcio

Las señales sin sentido que llegan del espacio exterior no tienen sentido por que están siendo escuchadas en lugar de vistas en movimiento. Ayer estuve decodificando algunas… se tarda mucho en descubrir la longitud de la película, pero después de eso es fácil: están mandando videos que contiene cerca de cien imágenes por segundo pero en vez de mandar una imagen y después la otra mandan un dato de la primera imagen después un dato de la segunda, después de la tercera y así. O sea que hay que saber cuantas imágenes son en total para distribuir bien los datos porque después viene el segundo dato de la primera y así.
La que decodifiqué ayer es una descripción de los medios de transporte del universo. Muy diferentes unos de otros. Desde tele transportación hasta gusano subtemporal pasando por platos voladores tradicionales y, para mi gran sorpresa, el cuerpo humano.
La imagen correspondiente al cuerpo humano lo muestra básicamente como un cilindro que es sólo una parte de un dibujo mucho más grande. El resto de dibujo muestra con más detalle y protagonismo a un montón de diversas comidas que están esperando para entrar a través de la boca y transitar el tracto digestivo y salir por el otro extremo a fuera del cual se acumula una cantidad materia fecal equivalente a la de comida. Es decir, a primera vista pareciera la crítica especializada en naves espaciales nos considera un procesador de comida y le da más importancia a la comida y la materia fecal que a nosotros. Dentro de las comidas le da más importancia al arroz. En una segunda instancia se empieza a deducir que el Hombre es la estrategia del arroz para desembarcar en otros planetas. Aparentemente en su ambicioso plan de conquistar el universo los arroces y sus minuciosos procesos químicos han favorecido la conformación de nuestros organismos a fin de usarnos como vehículo de transporte al resto del universo. Concientes de sus limitaciones los arroces integraron un consorcio del que formaron parte todos los demás alimentos con roles destacados para la papa el trigo y las demás cosas que comemos con frecuencia. A todos se les ha ofrecido la trascendencia a cambio de sus contribuciones.
En la parte en que se describe la prehistoria de este invento aparecen los insectos voladores, con especial énfasis en la abeja, como un antecedente para conquistar la totalidad del planeta mediante la polinización. Otra sección se refiere a los pájaros como portadores de semillas.
En el análisis de nuestro desarrollo se destaca la creación de un artilugio innovador que aparece rodeado de un hueso esférico: el cerebro. Aparentemente se lo describe como un arma de doble filo y de difícil manejo capaz de lograr la destrucción de todo elplaneta antes que la trasendencia.
Cuando termine de ver el informe les volveré a escribir, pero quería compartir con ustedes las primeras impresiones. Siento que he caído un escalón en cuanto a sentirme el centro del universo. Al mismo tiempo me encuentro más justificado… tengo más sentido. Hay una misión.
He montado un pequeño altar en el que puse arroz. Me ha nacido un gran amor por el arroz. Es el fin que justifica los medios…de transporte. Y yo soy, sin duda, medio medio.

Tuesday, March 04, 2008

Autopsia del Sur

En el cartel explicativo que recibe a los turistas figuran algunas frases que el Taj Majal inspiró a visitantes anteriores. Por ejemplo: "Una lágrima de amor deslizándose sobre la mejilla de la eternidad." En una pared de Quito un adolescente munido de aerosol escribió "No sé qué poner" Mi gata parió cuatro gatos hace diez días y ayer uno de ellos estaba muerto. Esta mañana solo hay dos. No sabemos dónde estará el otro. Voy por la autopista camino a algún accidente monstruoso. Llueve intermitentemente. Los otros autos y yo avanzamos y nos detenemos interminablemente. A través de vidrios semi empañados y mojados miro con atención a esos bultos oscuros que tiene en común conmigo la intermitencia de sus limpiaparabrisas. Conozco más sus nucas borrosas que otra cosa. Y la intensidad de sus luces de frenado. Encendidas y apagadas. Hace cinco días que llueve. Chaparrones cortos y largos... algunos suaves y otros fuertes que parecen enojar al techo de mi auto. A pesar del cielo cerrado ya es de día y los faroles de la autopista se apagan como un sereno que terminó el turno. Una gran baliza de la autopista late cívicamente anunciando peligro. Ahora sí, ahora no. No encuentro relación entre lo que hago y lo que soy. No tengo miedo al futuro. Me cago en el pasado. Solo ruego que me saquen de encima el presente. Que no me hagan esto. Que dejen de hacerme la autopsia. Que esperen a que esté muerto.

Sunday, March 02, 2008

Otra malteada

Si finalmente no podemos evitar que ese asteroide colisione con el planeta Tierra lo que va a pasar es esto:
La masa enorme se va a recalentar al recorrer unos cuantos kilómetros dentro de la atmósfera, alcanzando una temperatura que es dos veces superior a la de la superficie del sol. La explosión del impacto subsiguiente será un millón de veces superior a todo el arsenal atómico del mundo explotando junto. Lo que vamos a sentir los que estemos a menos de cien kilómetros de distancia es nada. Toda nuestra materia se vaporizará en menos de un segundo.
Nadie hubiera imaginado esto antes de que los científicos tuvieran tanto tiempo al pedo y apilaran sus conocimientos como panqueques en torres de sabiduría gemela.
Es decir que no necesitábamos saberlo. Los animales no lo sabemos.
Si hay una fuerza que en milisegundos nos hace nube. ¿No habrá quizás otra que haga de una nube una reina de la belleza?

Cielos! eso sí que sería algo…Caracoles… Apuesto que esos malditos científicos se sorprenderían. ¿Verdad, Linda? Deseas otra malteada?

Otra malteada

Si finalmente no podemos evitar que ese asteroide colisione con el planeta Tierra lo que va a pasar es esto:
La masa enorme se va a recalentar al recorrer unos cuantos kilómetros dentro de la atmósfera, alcanzando una temperatura que es dos veces superior a la de la superficie del sol. La explosión del impacto subsiguiente será un millón de veces mayor que todo el arsenal atómico del mundo estallando al unísono. Lo que vamos a sentir los que estemos a menos de cien kilómetros de distancia es nada. Toda nuestra materia se vaporizará en menos de un segundo.
Nadie hubiera imaginado esto antes de que los científicos tuvieran tanto tiempo al pedo y apilaran sus conocimientos como panqueques en torres de sabiduría gemela.
Es decir que no necesitábamos saberlo. Los animales no lo sabemos.
Si hay una fuerza que en milisegundos nos hace nube. ¿No habrá quizás otra que haga de una nube una reina de la belleza?

Cielos! eso sí que sería algo…Caracoles… Apuesto que esos malditos científicos se sorprenderían. ¿Verdad, Linda? Qué ocurre, no es de tu agrado el emparedado? Te apetece otra malteada?

Saturday, March 01, 2008

Pereo

Yo quería prender un fósforo por la misma razón por la cual Hillary subió el Everest: por que estaba ahí.
Eran los fósforos Ranchera de los años cincuenta y yo tenía algo más de cuatro años. Las cabezas eran de color azul y el cuerpo claro hecho de un piolín atrapado en cera de vela. Había que rasparlos sobre un papel de lija blanco que ofrecía la base de la caja. Era necesario apoyar el dedo índice sobre la cabeza para que, al frotar, hubiese suficiente presión de la cabeza sobre la lija. Esto presentaba un problema. Cuando se encendiera con entusiasmo fogoso, mi dedo podría quemarse si no lo sacaba a tiempo. Recuerdo mi cara como si la hubiese visto. Pensativa como la de un hombre. O quizá recuerdo la cara de Simón en alguna actitud parecida. Evaluaba el problema sin atisbos de querer retroceder ante el desafío. Viendo los detalles, los olores, las formas, con esa especie de lupa de la inocencia que a la vez juzga y acepta.
No me cuestionaba si tendría éxito. Avanzaba. Antes de que nadie me hubiese enseñado nada tenía yo un impulso desnudo de avnzar hacia lo que estaba ahí. El aprendizaje sería una consecuencia.

Cincuenta años después ese impulso desnudo carga algunos arapos de expereincia. Cuestionables, más o menos útiles, más o menos circunstanciales. Prescindibles.
La palabra experiencia viene del verbo pereo, que significa pasar o perecer. Ex periencia es lo que queda de lo que pasa o muere. Pero eso también pasa.

La unica verdad es el impulso. La desnudez del impulso.