Saturday, January 12, 2013

Esto.


 
Hoy desperté temprano y me fui al sofá de abajo a ver si lograba dormitar un poco más.

Hay una luz nueva y silenciosa a esa hora que me dio ganas de meditar. De concentrarme en mi respiración para ser lo menos posible una digresión de la realidad.

Desde ese lugar alcanzaba a ver una porción de ventana y a través de ella una rama de limonero que se metía bajo techo, en el costado de la casa, por el pasillo exterior,  y casi tocaba el vidrio, junto a una enredadera. A ambas las agitaba el viento todavía fresco de esta mañana veraniega. Supe que en Japón, en la casa de alguien que en ese momento piensa en otra cosa,  había un rincón, igual de irrepetible, obedeciendo de la misma forma las leyes de la vida y la naturaleza. Mi ambición se detuvo.

 
Fue uno de esos infrecuentes momentos de mi vida en que estuve acá, con esto.

Se que todo lo que escribo es un alejarse de esto para volver a mirarlo con la mera intención de aceptar que es esto. En última instancia todo lo que escribo son intentos. Fallidos. Casi podríamos llamarlos pecados.

 

A una señora de Boston cuya inteligencia era muy respetada por la comunidad intelectual, un periodista le preguntó por qué nunca viajaba. Su respuesta fue: I am already here.

Yo quisiera estar ya acá, como ella. No tengo claro si las cosas que escribo son el viaje de ida o de vuelta. Hoy se me ha ocurrido que quizá también sean parte de esto.