Friday, February 27, 2015

Tercero del día

Vos dirás ¿por qué escribe  tres cosas  en un día?
Es que no ha muerto el dragón.
Puta, le metí la lanza en las dos anteriores, pero no interesé los órganos vitales.
¿Cómo lo sé? vos te preguntarás.
Puta, por que el bicho sigue vivo.
Y es el mismo de siempre...
A veces me voy a dormir convencido de que le asesté un golpe suficiente por hoy.
Puta, pero siempre es por hoy, en el mejor de los casos.
Lo que pasa es que:
La literatura es un invento de los civiles, pobres idealistas que no entienden mucho de nada y con una canasta quieren robarse el mar.
Y los escritores  van muriendo... pasando a la historia sin cambiar mucho nada.
Como hojas secas, una sobre la otra, caen los clásicos, los autores, las corrientes.
Como caerán las galaxias.
Pero no podemos asegurar que el dragón muera cuando desaparezcan las galaxias.
Puta, ni eso.

Hay una persona gritando


Hay una persona gritando afuera.

Pero no hay nadie adentro.

Los muebles quietos con sus manchas y su manera de recibir la luz del  farol de la plaza repiten una y otra vez la misma quietud.

El pasto del jardín acepta  el brillo de la luna y las estrellas.

 La persona grita.

Y el agua de la pileta no está del todo quieta porque hay una brisa.

Y se mueven un poco las ramas de los pinos.

No hay nadie en casa.

Ni la gata, cuya comida espera en su plato, inmóvil.

Arranca la heladera.

El cielorraso y la mesa  se miran en silencio.

Hay un montón de libros cerrados.

La cocina con su boca seria y las cacerolas vacías apenas repiten el brillo verde del reloj y la hora que el microondas cambia cada tanto, como quien pestañea...

Y la persona vuelve a gritar.

Hay un auto en la puerta, cocodrilo dormido pero alerta.

Y hay una calle de cemento seco.

Y una plaza, y un barrio, y una ciudad. Y un río. Y más allá un mar que es curvo como el planeta. Y un cielo que abraza al mundo. Y un infinito de silencio.

Porque no hay nadie.

Afuera una persona ha dejado de gritar.

En la frontera de la cultura


El recuerdo más lejano que tengo es de mi tercer cumpleaños. Una imagen borrosa de chicos sentados o gateando en el piso del departamento del que me mudé a los tres y medio. No está atada a explicaciones ni sentido. No recuerdo caras y se me ocurre que es porque las caras no tenían un significado. Yo no conocía a esos chicos, y como uno recuerda ideas que puede entender, no registré caras… sólo bultos. Por alguna razón que no entiendo, siempre tuve esa imagen y siempre la convicción de que era mi cumpleaños.

Sé qué mis padres jugaban al golf y tengo una foto con mis hermanos en el club, yo todavía con un bombachón que tal vez ocultara pañales.

Y recuerdo vagamente un diálogo en que mi abuela me corregía, porque yo había dicho algo que demostraba que confundía el “golf” con el fútbol en que se gritaba “gol”.

Lo interesante es que apenas ingresado en la cultura humana, yo escuchaba la corrección de mi abuela y no pasaba súbitamente a diferenciar los dos deportes de los que no sabía nada.  Tengo la sensación de haberme quedado escuchando la explicación con cara obediente y meditativa, y en una oscuridad total separar algo que terminaba con sonido de efe de algo que terminaba con sonido de  ele. Diferenciados sólo por ese atributo, en mi desierto de información, quedaron esperando a cosechar más sentido, cerca de la frontera donde termina la cultura.

Todo verdor perecerá.

Tuesday, February 24, 2015

Como ser un ciclotímico y morir cientos de veces en el intento.

Mamá, no quiero ir a la montaña rusa otra vez.
La madre falleció hace años, así que no le dice cállate nene y vomitá dentro de la bolsa.
Pero todos sabemos que la montaña rusa de esta generación la fabricó la anterior. La madre tierna que nos dio el puré de papa diciendo que la cuchara era un avioncito. Y el padre que volvía cansado del trabajo y a quien no había que molestar una vez que se sacaba y colgaba  el sombrero y el sobretodo (los autos de antes tenían mala calefacción). El beso a esa mejilla fría y áspera por un día de barba es el mejor recuerdo que uno atesora.
Una foto blanco y negro muestra a los chicos bañados y en pijamas comiendo temprano.
¿Y ?

qué tiene que ver eso con,que hoy conquisté el mundo, le puse puentes, teatros,  trenes bala  y cohetes al espacio y mañana lo odio... y pasado, ya con experiencia,  sé que el péndulo va y viene, que la marea sube y luego baja, que no soy una constante
que no puedo prometer
que si lo empiezo ya estoy dudando.
que esta buena idea se transformará en un cocodrilo que camine con su sangre fría y se sumerja en el agua turbia y tibia del pantano
y que...

...hay una lista de reclamos que desaparecen
pero

de golpe  vuelven a flotar como un cadáver hinchado que nadie puede ocultar
no hay una persona con la cual mi relación de amor no tenga un candado de culpa que estará escrito en la espalda acuchillada de ese cadáver semi podrido.
No se puede escapar de esa manera de ver el mundo.
Pero sobrevivimos porque los vientos cambian ...

y pensamos en la educación de nuestros hijos
en su salud
los llevamos al dentista
y a la clase de guitarra
y a los cumpleaños
y los bañamos y alimentamos
y elegimos el colegio
y hablamos con la maestra
y les compramos  las plantillas que indica el pediatra
y los regalos de cumpleaños
y los padres son los reyes a escondidas
y los dejamos ganar al ping pong
y les damos abrazos que casi nos sacan lágrimas
y nos bancamos sus rebeldías adolescentes
y sus aterradores riesgos

hasta que estén listos para subir a la montaña rusa

y podamos mirar para otro lado.

Friday, February 20, 2015

Auto Aburrido

Hace unos años conté que Sancho al ver salir del living el carrito con el féretro de mi madre, avanzando hacia donde estábamos nosotros en el jardín, camino al coche fúnebre, dijo la advertencia que había aprendido a decir con los  chicos del barrio que juegan en la calle  “Auto!” para que todos se salieran del camino. Sancho a esa edad no sabía muchas más palabras que esa y logró colocarla en una situación memorable.

Me acordé porque estoy pensando en los casos en que nadie avisa y el auto te lleva por delante.

El auto simbolizando todo lo que te da un golpe inesperado y te cambia la realidad.

Me despierto y tengo muchas cosas que hacer pero, inesperadamente, no quiero hacerlas y me niego.  Mis pies debieran salir de la cama, posarse sobre el piso, soportar las piernas y llevarme al baño, al vestidor, a revisar mensajes a desayunar y prepararme para enfrentar uno por uno los valientes gladiadores de la agenda. Pero fíjate: esas dos montañitas al pie de la cama son mis pies que no se han movido y no dan señal alguna de estar dispuestos a acatar nada.  Se parece a la poliomielitis, no llega la señal nerviosa. Y uno vuelve a mirar a cada instante a ver si ha habido un cambio. Porque en ningún lado se ve  un cartel anunciando la hora para la que se reprogramó la paz de la rutina prestablecida.

Más arriba hay un debate. Tras el abismo de comunicación símil poliomielitis se mueven corrientes diversas: Advertencias de que esto no puede llevar a nada bueno. Intentos de atenuar los daños. Busca de alterativas. Propuestas conciliadoras. Sugerencias motivadoras. Poéticas arengas sobre la voluntad y la superación de los obstáculos…. Hasta se oye alguna voz proponiendo que quizá esto tiene alguna ventaja paradojal.  Pero la realidad es contundente: ha entrado un auto sin que nadie alertara sobre su avance y sacó volando por los aires el orden establecido, la subordinación, el valor y la aproximada idea de cómo iba a ser el resto de la vida.

El reloj continua su egocéntrico rotar de agujas en una indiferencia que no parece desinteresada.

El hambre y otras necesidades avanzan rodeando las resistencias. Por las brechas que abren vendrán otras sensateces a llevarnos a la ducha y a ponernos ropa de calle y a contestar el teléfono o abrazar un chico que llega del colegio.  Requiere más esfuerzo, a cierta altura de  la rebelión, la creatividad de mantenerse en la resistencia que la de volver al surco como cualquier otro buey, con su yugo conocido y tranquilizador.

Y cuando los pies y el debate de arriba se alinean y  se apaga el abismo y hay que suturar, el paramédico dice mientras enhebra  aguja:  fue una desgracia con suerte… yo veo muchos autos destruir vidas, esto no fue nada… casi que te metiste en el camino voluntaria mente… de aburrido.

Y cuando se va me dejo caer en el sillón pensando en él. Y digo en voz alta  “Para vos aburrido no es mortal?”

Tuesday, February 17, 2015

admitamos

con minúscula aceptemos
y bajemos
al decir suave de la fuente
en que todas mujeres traen el cántaro a llenar
y se conversan las cosas del desierto
y se temen las del espejismo

en la sencillez de la arena
y la cara plana del sol
con la imparcialidad del camino que lleva a diario al mercado
con lo que tengo mas cerca que es el respirar
y la piedra mayor que yo
y la vida que pasa
y la pregunta
y la pregunta
y la pregunta

Si fuese

si fuese el deber del escritor escribir todos los días...
como en las mil y  una noches

esta noche yo tendría miedo
porque  no le digáis a nadie
siento el hierro de la historia
la tierra del inclemente suceder
algo que se opone a mi ser
y siento  en la entraña el llanto
por la vida que me sacudió
hace tiempo  siendo un bebe
que se asomó a la muerte
y trato de agarrar la vida.

pero una vez que empiezo y se establece la feroz calle ensangrentada

reconozco que no se nada
y en ese fango
soy  capaz de buscar.



Mirame


Mírame

Solo para que yo sienta el vértigo de mirarte cuando estás ahí.

Porque te he estado mirando con pasión.

Y eso solo  hace de mí un animal enajenado asechando.

Por cosas tuyas tan innumerables  como tu olor o tus ojos.

Y si bien

Me interesa ese cuerpo que tiene esos ojos y  esa forma que no tiene igual…

Hace años que abandoné lo material

Y espero de tu vida

Que te calles hasta que estemos listos

Para decir la palabra final.

Monday, February 16, 2015

Crítica


De cobarde que es uno, casi siempre el tono de lo escrito deja lugar al sentido del humor, al surrealismo, al sarcasmo, al burlarse de uno mismo, a la exageración que no pueda ser tomada demasiado en serio… en resumen a no hacerse cargo, a no pelear a pecho descubierto por una causa seria.  Casi que la única causa que registra el radar en este blog es abolir la seriedad. Con la excusa de que hemos tenido mucha seriedad y no dio resultado digo “acuna matata” y no me siento en el trono del héroe.
En los tiroteos nocturnos es aconsejable sostener la linterna bien lejos del cuerpo para que los tiros que apunten a la luz no nos peguen en el cuerpo. Un caballero nunca debiera recurrir a ese tipo de argucias para salvar algo tan inferior a la causa como la vida.
Este post quiere ser breve porque lo que importa son los comentarios.
Como en los primeros posts de este blog, invito a un concurso y prometo premios maravillosos.
La única regla es evitar el elogio. Centrarse sólo en lo criticable. No excusarse ni atenuar. No temer los males de esta vida pues seréis recompensados en la anterior.
El tema: hay un ególatra egocéntrico que escribe para que le comenten y alimenten su necesidad de verse reflejado en otros. Partiendo de esa base o de cualquiera otra que decidan interpretar, ¿cuál es su crítica? Las mejores críticas votadas por el público (es decir todas) recibirán chocolates, champaña, salmón ahumado o helado de dulce de leche granizado, a su elección.
Se corre el riesgo que en el entusiasmo de la crítica uno llegue a encontrar tanto malo que decida nunca más leer. A los que le pase eso les pido una última oportunidad.
 
 

 

Capítulo 4 del reportaje


Pasando al Cuarto de Dios

 

La periodista ha vuelto dos días más tarde y Dios está en cama porque ha tenido un poco de fiebre a raíz de una leve angina que ya parece superada. Ella se sienta en un sillón junto a la cama y después de preguntar por la evolución  de su salud y cómo se siente, habiendo establecido que nos es un problema seguir con el reportaje, dice:

 

- ¿Sabés por qué volví?

- No.

- Quiero dejar de sufrir

- Ahá….

- Vos viste esos avisos de los evangelistas que dicen pare de sufrir?

- Sí, claro…  hablamos de eso la última vez…

- Sí, sí,  pero lo que quería decir es que cuando veo esos avisos me río, pienso que es una estafa , no veo el mensaje de parar de sufrir sino el del engaño exitoso. Y sin embargo lo dijiste vos el otro día… lo dijiste en chiste… y no me lo pude borrar de la cabeza… o si me permitís que sea un poco más cursi… no me lo pude borrar del corazón… del alma…  del optimismo. Me empezó a parecer obvio que se podía parar de sufrir.

- Qué habría que hacer?

- Nada…

- Epa! Interesante… Cómo es eso?

- Yo te lo tengo que explicar a vos? Quién hace el reportaje acá?

- Jaja! Venías bien y te agarró el verdín…

Se hace un silencio. Ninguno de los dos parece apurado por romperlo.

Al final ella dice en tono bastante serio.

-          ¿Vos pretendés que yo también sea Dios?

-          Vos dijiste “nada”.

-          Y…?

-          Paltón dijo. “Sois dioses y lo habéis olvidado”

-          Otro título bueno para el reportaje ¿Entonces?

-          Y… yo diría que olvidar es algo que se hace… si optás por no hacer nada como propusiste vos no olvidás y no podés evitar ser dios y quizás con eso venga algo que en idioma humano se llame parar de sufrir.

-          No creo que me resulte fácil parar de hacer. ¿Por qué los humanos decidimos dejar de recordar que éramos dioses?

-          Porque Eva le hizo comer la fruta a Adán!

-          No jodas…

-          No sé…. Habría que ver si ese mito no tiene algo que nos ayude a darte una respuesta.

-          Pero vos llegaste por otro lado.

-          Si… lo mío fue la pileta… Ahora, a riesgo de que tu reportaje pierda importancia, te voy a decir que sospecho  que no olvidar (es decir saber) y ser son dos cosas emparentadas pero diferentes.

-          Estoy perdiendo el optimismo. Me está dando una tristeza. Vine tan abierta, con tantas ganas de dar un salto… y no hay donde mierda saltar.

-          Te vas?

-          Si, creo que si.

-          Me cerrás la cortina antes de partir, porfa.

Lona Negra


Maribel, Sancho y yo abrimos la puerta del cerco que protege la pileta  y entramos a ver el resultado de mi experimento. Ayer he colocado una lona plástica negra sobre la superficie del agua. Mientras medía y cortaba la lona, ayer, sobre el césped, se calentó tanto con el sol que en menos de veinte minutos quemó el pasto y hoy está todo marrón. Sancho la cruzó corriendo y gritaba… me quemo! O sea que no había duda de que esa superficie negra atrapaba mucho calor del sol.

Así que entramos y metemos la mano bajo la lona y efectivamente, el primer centímetro de agua bajo la lona está bastante caliente… más abajo la temperatura no ha cambiado, pero esto es antes de las doce del medio día… O sea que la cosa funciona. Agarro a Sancho de la mano y el camina sobre “el agua” plástica,  la lona se hunde un poco bajo sus pies pero lo aguanta. Se acuesta y flota sobre el plástico como en un gigante colchón de agua. Se ríe y piensa.  Después Maribel se sienta en una reposera y habla de alguna planta que está linda o de otra que quiere cambiar. Sancho encuentra un insecto sobre la lona  y pregunta cómo se llama. Yo no sé, parece una vinchuca pero más flaca.  Maribel dice que es el bicho de los tomates.

Sancho tiene seis años. Mira y registra serenamente. Despreocupado. Se abraza de su madre o de mí y hace preguntas y dice que quiere tal cosa. Esta es su casa de la infancia.

Pienso a cada rato que estamos construyendo sus recuerdos del pasado. Que cuando sea grande estos picaportes, este olor a flor, esta escalera con baranda blanca, este balcón con moho en los ladrillos de sus macetas, este cantar de la chicharra, este calor de la calle al  sol cuando cruza a la plaza, estas piñas que juntamos para prender el fuego de la parrilla, estas hormigas que reconstruyen su nido después de que él lo rompe.  Estos padres que le durarán un tiempo indefinido.

De la misma manera que un verbo se conjuga parecido a otros, sus recuerdos de infancia serán parecidos a los míos. La casa de Punta Chica será la casa De Camino Real. Volver un día, muchos años después, a visitarla será una profunda inmersión en ese mar donde la realidad y el pasado son distintos y lo niegan.

Mateo y Simón lo escucharán hablar de eso sentados en el recuerdo de su casa de Wineberg donde el mismo padre era más joven y ansioso. Y no todo lo que uno piensa sobre la infancia y el paso del tiempo lo puede decir, no da el tiempo ,ni las palabras, ni la comprensión de lo que uno mismo siente. Pero hay un motín disimulado y tácito que se pertrecha en estas viejas casas para exigirle  al presente algún tesoro escondido. Alguna verdad todavía oculta. Algún sentido para la vida.

Como los ejercicios matemáticas que llenan los apuntes en  cuadernos viejos, las explicaciones del sentido de la vida están muertas. Pero la pose de la cabeza de Mateo, la voz de Simón, el fuego en la chimenea, y la mirada de Sancho recordando esa  lona negra mientras mueve un leño le dan al presente un perdón. Un amor a su falta de  respuesta que nos une en esta niebla dulce.

Thursday, February 12, 2015

Se viraliza el tema de Dios

Un hijo que tengo por ahí me hizo llegar un montón de palabras en el siguiente orden:

"Fatherhood and mirrors are hatefull" J.L.B

Cuando estábamos en Cambridge, Simón me contó un chiste que no entendí, pero que me causó mucha gracia. Hoy tampoco lo entiendo, y me sigue causando gracia. Dice así:

“-Hijo mío, sube.
-Una mierda, ¿para que me vuelvas a tirar?”

Fin. Ese es todo el chiste. No sé bien por qué me sigue haciendo cosquillas, pero acá va un intento de entender: El padre es Dios, y el hijo es Jesús. Dios manda a su hijo a la tierra a que lo crucifiquen y después de tres días lo revive y lo invita a sentarse a su derecha por el resto de la eternidad. Jesús lo mira con sospecha y le suelta el remate, “Una mierda...”

Me saco la sotana y miro el nuevo testamento de nuevo. Dios sos vos, papá, mandando a su hijo a la tierra a sufrir por culpa de los demás. No lo hacés por amor ni para inmortalizarte, lo hacés para vengarte de tu propio padre.

¿Yo qué culpa tenía, viejo?

Chismes sobre Dios

Ultimo momento: el tercer reportaje a Dios ha sido colocado debajo del dos como Dios manda.
Hay que bajar seis posts hasta el que se llama "Reportaje"

El Reportaje Sigue

Unos posts más abajo una mujer estuvo reporteando a Dios y algunas emociones negativas le hicieron interrumpir la entrevista y partir. Pero ha vuelto. Por razones de orden de lectura el segundo capítulo del reportaje se ha colocado abajo del primero. Dios no quiera que se lo pierdan.

Ultimo Momento: Salió el capítulo tres. Y fue colocado debajo del dos como Dios manda.

Callejón sin salida


Nos encontramos en un callejón donde los bares sacaban la basura y había ese rancio olor a botellas  de cerveza vacías.

Usaba mocasines negros y si bien yo quería verlo afeminado y patético, debo admitir que era un tipo bastante estándar  de esos que no escriben.  

La remera blanca en un tipo que no escribe genera en un escritor desprecio y enojo.

Lo esperable es que el escritor quiera batirse con los de su especie en un gesto territorial, pero este imbécil que salió a fumar por la puerta de atrás era claramente un no escritor y se había puesto una remera blanca profundizando su inexistencia.

Me di cuenta de que sin que él supiera yo me estaba preparando para el combate.

Con qué podía defenderse un tipo sin letra. Dónde metía las ideas.  Pensaba efímeras cosas terrenales sobre paradas de colectivo, cuenta de luz, celulares, comida y constipación.

No pude evitar un poco de honestidad intelectual: ¿por qué lo odio tanto, si casi no existe?

Escupí al estilo futbolista sin dejar de mirarlo pero en su típica transparencia de pecera el tipo ni se enteraba.

Cuando le pegó  la última pitada al pucho  di un paso hacia él para enfrentarlo pero frené en seco.  El tipo con toda su inexistencia se había metido en mi cuento. La remera blanca era un invento mío ahora. El sucio olor a cerveza  estaba hecho de teclas. El corte de pelo medio antiguo y chupa sirios, como un casco, no había aparecido hasta que lo describo ahora.  

Faltaba tanta descripción para que pareciera un tipo de verdad…  ¿Quién tiró esta cáscara de banana acá? Nadie puede saberlo. La realidad es infinita y tanto el amanerado de la remera blanca (ahora que es mío lo hago medio histérico) como la cáscara de banana son pájaros.

Sí. Dije pájaros.

Los lectores no tienen derecho reclamo.

 

 

 

Un tipo que no escribe


Estaba sentado en una mesa del bar de las canchas de tenis esperando a Jamie y pensando en el perro  este que siempre anda con una pelota en la boca. Es un perro que ve demasiada gente todos los días y entonces no establece mucha relación con nadie. Se me ocurrió que era un buen punto de partida para escribir algo. La  asociación obvia es  con la puta que tiene demasiados  hombres  y no le importa nada cada uno...el piso de la estación Retiro con baldosas a las que nadie siente propias... pero por obvia,  porque es un tema que no conozco a fondo, me anoté en la mente que había que estudiar más la  idea.... la del perro público.
Pasó un tipo caminando por la calle a unos cuarenta metros y tuve la convicción de que ese no escribía. Vaya uno a saber por qué. Como no hay ninguna prueba de que yo estuviera en lo cierto, lo más lógico es suponer que lo pensé porque el contraste con él  destacaba más el hecho de que yo sí escribía. O sea que lo que vi pasar caminando por la calle no era un tipo sino un adjetivo del que quise apropiarme.
El perro te mira poco, mirada breve, sin cariño ni apego alguno. Se le ha gastado esa magia del amor a primera vista que hay en la relación hombre perro. Queda carne y pelo de perro, nomás. No hay amor así que estoy considerando comerlo. Si alguien se entera que me lo comí, voy a ser famoso en mi círculo social. Otras cosas que he hecho en la vida serán eclipsadas por la noción de que me comí el perro de las canchas de Clerq.
Si yo estuviera  caminando allá a cuarenta metros y el que no escribe estuviese sentado acá cerca del perro al perro le daría lo mismo. La abundancia le ha planchado el interés. La excesiva oferta aplastó la demanda.
Al final me paré y me fui a buscar el auto que había dejado afuera, estacionado. Cosa rara,  el perro me siguió hasta que abrí la puerta. No traía la pelota. Lo miré extrañado y el giró la cabeza un par de veces para ver si alguien más nos observaba. Entonces me miró a los ojos y me dijo: "El dinero no hace la felicidad" y se fue.

Tuesday, February 10, 2015

Estofado


Llamé al veterinario porque el perro no come.

Le hablo y me mira pero no come.

Le digo que coma:

“Comé!” le digo

Pero como no me hace caso trato de explicarle: “odio tirar las sobras y yo no lo puedo comer…  las úlceras me están matando… no puedo tirar la carne…imagínate que un ternerito vivió en el campo lleno de esperanzas y un día lo metieron en un camión y lo llevaron a la feria a los empujones y palazos, no había pasto y lo tuvieron amuchado ahí con otros un día y medio y después lo llevaron a los golpes de nuevo a un matadero donde  le reventaron la esperanza de un martillazo en la cabeza.”  Esa parte del golpe en la cabeza me parece que es demasiado para el perro por que mira para otro lado. Es un perro viejo y negador.  “Mamá se fue a trabajar”, le digo. Porque él cree que mi mujer es su mamá. “nos dejó este pedacito de estofado pero yo no lo voy a comer. Si no lo comés vos voy a llamar a la veterinario.  Voy del vecino y pido prestado el teléfono!” Se lo dije para convencerlo pero después  se lo repetí  varias veces y nunca dio resultado…  al final terminé convencido yo mismo de que tenía que llamar. Para pior no tenía ni una moneda para dejarle al vecino. Me deja hablar igual pero yo sé que a todos les cobra.

Me dio equivocado. Se habrá mudado… o disqué mal yo… “Sin anteojos no entiendo bien la letra de Mamá, pero entonces vos te tenés que portar bien y comer porque no va a venir el doctor a mirarte la pancita…”

“Mamá se va a enojar si no comés”

Pero no se enojó.

El estofado siempre  es marrón y fibroso y se le adosan cachos de cebolla traslúcida y tomate.

Por eso me confundí.

Era un carozo de durazno.

No era estofado.

Desperdicié todo el día  por un error.

Sunday, February 08, 2015

23



Desde hace una bofetada que el reloj me babea la nuca dejando una llaga y posponiendo todas las soluciones obvias que parecen venir de frente, que se disuelven como espejismos, disfrazados de que no pasa nada, de que no seas boluda, de que tenemos que ver cómo evoluciona y me tratan con esas caras que he visto antes pero mirando a otros.

A veces pienso lo que voy a decir antes de decirlo para asegurarme que no sea absurdo, lo miro, lo pongo sobre el mantel entre mis manos tan mías y estoy de acuerdo con el que quiera discutir que es absurdo, que siempre fue, que las palabras son desde que se inventó el amor apenas unas hojas secas que cruzan la plaza como fantasmas y que yo estaba para otra cosa, y que hablar, ahora hablar… Les voy a pedir que no me jodan.

Quiero ser stripper los próximos minutos. Empezar por arrancarme el caracol inmundo que se trepa escondido por mi espalda con el tic tac de mis vértebras. (Quizá le dé un beso de aquellos antes de decirle que se perdió lo mejor de mí). Después me voy a bajar lentamente los títulos… los pergaminos, los homenajes y los diplomas y se va sentir un fresco y un olor a primavera y una calesita ingenua llena den semanas felices. Con un guiño de ojo (de divino ojo de vaca sagrada) voy sacar de mis largos guantes ensangrentados miles de vuelos en avión y caras de funcionarios con apellidos y frases dichas en burocracia y mujeres celosas y números de teléfono y hoteles con ventilador de techo y calles casi vacías con cadáveres en la vereda. Y esos chicos que me miran porque salvé a su mamá pero no dicen nada.

Y en uno de los próximos minutos voy a dudar. Me preguntaré algo asustada ¿Es el momento? ¿Estoy para florecer? ¿Tengo la fuerza o es una ilusión con que me engaña  la debilidad? ¿Me voy a animar a ser todo lo que siempre estuve por ser? ¿En este escenario? ¿A la sombra de estas luces que parecen las  de todos los días? ¿Con estas mechas…?

En medio del acto se presenta el  huracán de cosas que nunca acepté girando en torbellinos con otras que no pude hablar y encuentros que no se dieron y miradas de pacientes que traté de entender y no volví a ver. Y hay pasillos de hospitales y hay camillas y hay música. Y junto al adagio de Albinoni , en la penumbra, apenas iluminado por unos brillos lejanos, está mi padre. Diciendo con una sonrisa que él sabe que yo sé. Y el minuto de duda se hace minuto de paz y certeza. Y ahora tiro desde el escenario las peleas, la plata, el respeto, el amor a la patria… reparto como un hada madrina los caramelos que el público recibe agradecido. Me desprendo hasta del malhumor hecho helados de palito para los chicos. Soy la belleza. Como una musa griega me he despojado del tiempo.  Se oye un latido. Tengo todo lo que quiero. Y entonces decido que todo seguirá como antes.  A mí me gusta acá.

Reportaje (capítulos uno, dios y santísima trinidad)


-          Acostumbrado a preguntarme “¿Qué corresponde hacer en situaciones como esta?” en el momento en que empecé a darme cuenta de que yo era Dios me lo pregunté como quien pregunta dónde está la  salida de emergencia.

-          ¿Y qué te contestaste?

-          Ahora que soy Dios las respuestas son siempre el universo entero.

-          ¿Y se te pasó el miedo… digo…  esa sensación de necesitar una puerta de emergencia…?

-          No… es parte del universo. ¿Me convidas un cigarrillo?

-          ¡Ja! ¡Dios fumando…! Las tabacaleras se hacen una fiesta...

-          Si…

-          No te importa que el tabaco enferme y mate a tantos…

-          Si…

-          Y que nos mientan con avisos de televisión en que gente sana fuma y hace deporte y se ríen como boludos…

-          Son unos hijos de puta.

-          Yo no entiendo por qué te creo… por qué te dedico un poquito de mi credulidad… por qué te estoy haciendo un reportaje… sos un tipo igual o peor que cualquiera…

-          Si, si... Si.

-          Y cómo calza eso con esta convicción… ¿cómo la llamaste, “revelación”, de que sos Dios?

-          No, no creo haber dicho revelación… no… ¿dije eso? No…me fui dando cuenta mientras nadaba todos los días, una hora por día ,en la pileta de mi casa… No sé qué te dije, no me acuerdo, pero la imagen que yo tengo es de haberle sacado el verdín a la tapa.

-          Verdín…   No puedo creer lo que estoy oyendo. Siempre lo mismo… me impactás y después me veo a mi misma de afuera y pienso qué boluda, se babea por que el forro ( Dios, nuestro señor) dijo verdín. Supongo que tu truco es ser tan excéntrico que no se te pueda argumentar. Hay que hacer un salto de fe. Pero no creo en saltar.

-          Jaja, si es como lo que te dicen los curas… la duda es parte de la fe. Pero en mi caso no hace falta fe… acá me ves, no soy más de lo que ves… desesperado por un pucho encima.

-          Bueno… ampliá un poquito porque no puedo poner verdín sin explicaciones.

-          A ver… lo que fui sintiendo es que soy parte de todo y que la cultura, la educación, la costumbre de hablar de Dios como si fuera otro me había ido poniendo una tapa como la tapa que veía cuando nadaba, en el fondo de la pileta. ¿Cómo podría explicarlo de otra manera…?


-          Si… intentá por otro lado…

-          Hay una de esas típicas preguntas zen que hacen los monjes para provocar la iluminación… dice: “¿vos crees que caíste en el mundo como una estrella o creciste como la hoja de un árbol?”. De todas esas preguntas fue la que más cosquillita me hizo en la panza…

-          Cosquillita…

-          Mmm… me parece que no estás poniendo mucha onda para empatizar… si no entendés cosquillita en la panza voy a hacer silencio y dejarte que te des cuenta sola de todo esto que preguntás…

-          Ok… entiendo cosquillita… pero pensá que yo tengo que escribir esto y me lo tienen que aprobar. Te hago un poco de abogada del diablo.

-          Ahá… creo que ese quizá no sea el objetivo principal… al menos no el inmediato.

-          Touché… aceptado… me voy a portar mejor.

-          Bueno… te decía que me pegó esa pregunta porque elegí sin dudar ser la hoja del árbol. Con el tiempo también logré sentirme la estrella, pero a primera impresión no dudé en ser algo que crece de acá… algo que es universo, fermento de universo, voluntad del infinito. Y ahora que te lo digo estoy viendo de nuevo la tapa de la pileta cubierta e verdín que no deja que salga desde abajo esa fuerza divina (esa hoja que soy), desde la entraña de todo lo que es a mostrarse a mis ojos como lo que soy: el todo manifiesto.

-          ¿Y qué cambió con esa revelación?

-          Sabés que lo que más me gusta del asunto es lo tenue, lo imperceptible del cambio.

-          No hubo un éxtasis…

-          No…

-          ¿No?

-          No. Apenas me animo a decir que hubo, de vez en cuando un poquito más de paz. Pero ni siquiera me animo a asegurarlo….puede ser una racha.

-          ¿Y se justifica, entonces, el uso de la palabra más fuerte que tiene el idioma," Dios", para explicar cualquier cosa que se relacione con este proceso tuyo? Casi te digo que suena a estafa, a sinsentido.

-          Si… tiendo a estar de acuerdo. Nadie nos había avisado que Dios era un estafador. Pero claro, todos los que hablaron de Dios antes estaban mirando para otro lado.

-          ¿Querés decir que sos el único en la historia de la humanidad que ha llegado a estas ideas? Me parece que ahí la soberbia te va a jugar en contra… es difícil convencer a nadie sin humildad para dorarnos la píldora.

-          Jaja… creo que se le puede perdonar a Dios que sea un poco soberbio, jajaja.

-          No estamos progresando.

-          Bueno, te puedo dar una respuesta un poco más conceptuosa… ¿viste esa otra frase que dice que cuando alguien apunta a la luna los necios miran el dedo?

-          Claro, vos sos Dios  y los demás son necios.

-          O las veces que otros señalaron en la dirección correcta no nos dimos cuenta.

-           Bueno… a ver… concretemos alguna cosa ¿qué le puedo decir a mis lectores que Dios les pide o les ofrece?

-          Me mataste…

-          Dios ha muerto…

-          ¿Un cigarrillo? Eso pediría, ahora.

-          Un cigarrillo… te estás haciendo el piola, Dios. ¿O hay que interpretar y quedarse  meditando? Me temo que es un poco remanido eso… “buscar agua y cortar leña” “aquí y ahora”… No me aprueban la nota, Dios. ¿No tenés algo más inquietante?

-          Sí.

-          ¿Qué?

-          Soy Dios.

-          Me tengo que ir.






El Reportaje siguió


 


La mina volvió unos días después y preguntó si necesitaba poner una excusa para seguir con el reportaje.

-          No, para nada- le dije

-          Hablé con una amiga de Córdoba que sabe de estas cosas.- dice ella

-          ¿Si?

-          Bueno, es una mina inteligente, que se conecta con estos temas…

-          ¿Viajaste a Córdoba?

-          No por mail, y Skype… Nos conocimos en una revista.  Es diseñadora.

-          Y entonces?

-          Ella dijo que el verdín también es Dios.

-          Me hace la competencia…

-          Ja ja ja… No pensé que te ibas a entregar tan fácil.

-          jaja

-          O sea que tus ideas las puede tener cualquiera. No es que de golpe bajó Dios a la Tierra.

-          Dejame pensar qué te contesto…   Lo del verdín… a ver…  Debo confesarte que no había verdín en la tapa del fondo de la pileta. Es una metáfora que me apareció en la mente mientras nadaba. Una imagen visual.  Cuando fui descubriendo  que era Dios no quise salir a complicarle la vida a la gente.  Se iban a preocupar por mí  o pensar que estaba jodiendo… iba  a ser incómodo.  Tuve que ir diseñando un aterrizaje suave.

-          Aterrizaje de dónde? De dónde viene Dios?

-          No, es una manera de decir, vengo de donde estaba, sólo cambió que ahora soy Dios.

-          Hubo un momento?

-          No… es como envejecer…  va ocurriendo.

-          ¿Pero estabas consciente de que iba ocurriendo?

-          Mirá… es interesante… reconozco unos antecedentes que lo preanunciaban…

-          Tipo San Juan el precursor?

-          No, en mi cabeza…  Cosas que me daban vuelta sin que yo supiera que me traían en esta dirección.

-          Ideas tuyas o influencias externas.

-          Las dos…  hace como diez años escribí una novelita corta o un cuento largo que se trataba de un rey que se cansaba de la religión. Se daba cuenta que ser justo o injusto, ganar o perder guerras, mejorar o empeorar la economía, no era trascendente, y de golpe se hincha las pelotas de los curas que andaban mintiendo sobre un dios que nunca había visto nadie: “que Dios dice esto, que Dios nos pide lo otro…” Era un tipo bien plantado y no se dejaba llevar por la tradición. “Palabra de Dios, un carajo! “gritó una vez en el medio de la misa y se fue a reunir con sus más allegados a planear algo mejor que aquella interminable postergación de verdades que era la iglesia. Al tiempo salen voceros en todas las direcciones a anunciar pueblo por pueblo que el reino va  a dejar de esperar la voz de Dios y que va a buscar maneras proactivas de conectarse con el más allá´. “Palabra nuestra!”  gritaba el rey. “Nuestra! de todos nosotros! No mía porque yo sea el Rey sino de todos nosotros porque, seamos lo que seamos, nos vamos a apoderar de la palabra y dejar de esperar que nos digan algo que nunca nos van a decir!”                                                                                                           Un cura viejo que también tenía las pelotas bien puestas le gritó  en medio de un  silencio que hizo el rey : “Soberbio!”  y el rey por un momento se asustó porque tenía miedo de que la gente se le revelara, pero después recordó que todo lo demás, hasta una insurrección, era intrascendente y sonrió y caminó hasta el cura y lo abrazó. “El padre Eustaquio tiene razón. Ha dado en la tecla! De tanta humildad que nos enseñaron para que no jodiésemos se nos ha olvidado la mayor virtud del universo: La Soberbia!”

-          Así termina?

-          No es más larga… buscan maneras de mandar mensajes al más allá. Hacen un concurso y la gente sale con unos métodos de lo más extraños… esa parte es un poco entre poética y surrealista…

-          Pero,  a ver si te entiendo bien… no es que seas Dios …es que decidiste que lo vas a intentar.

-          No hay mucha diferencia…

-          Cómo no momentito… yo puedo babear cuando me hablás de tu verdín pero  no es lo mismo babear por el ganador que por un candidato.

-          Te estás dejando llevar por la novelita  del rey…  eso es sólo un antecedente.

-          Hay otros antecedentes?

-          Si, uno más antiguo…. Que quizá provocó la novela.

-          Qué?

-          Una frase en la película Easy Rider… ¿ la viste?

-          No me suena

-          Peter Fonda y un amigo venden un cargamento de droga y con el toco de guita que cobran se van a recorrer Estados Unidos en moto.

-          No me suena.

-          Bueno, en un momento alguien dice “Si Dios no existiera habría que inventarlo”.  Frase que me irritó mucho por lo boluda y la he recordado miles de veces con irritación. Mi analista diría que estaba escapando a mi responsabilidad y por eso me molestaba.

-          ¿Cómo? Cuál era tu responsabilidad? Inventar a Dios…? Ah! Acá tengo un montón de preguntas?

-          Dispare.

-          Sos un invento?

-          Claro.

-          Ah…  no me la publican!

-          Otra pregunta.

-          ¿Quién te dio la responsabilidad de la que habla tu analista? De dónde sale el mandato?

-          De Dios

-          Pero vos sos Dios!!

-          Si.



 

Paren de sufrir

 
Tercer Reportaje

 

La periodista empieza a darse cuenta de que la nota es aburrida. Pero tiene presente una respuesta del entrevistado. “No creo que eso sea lo prioritario” o algo parecido.  Prioritario.... por lo menos quiere irse con alguna idea o dato que represente alguna prioridad sobre lo que ha vivido ella hasta ahora. Entonces insiste y cada vez se convence más de que es útil y de que es inútil. Es decir se da cuenta de que avanza por dos caminos al mismo tiempo. Fe y desconfianza. Que la llevan al mismo punto pero ella, la que llega es diferente. Llegan dos. La de siempre y otra que no se anima a ser.

-          ¿Podemos trabajar al revés? – pregunta en un rapto de inspiración.

-          ¿Cómo?

-          Por donde trato de avanzar retrocedo,  asique seguramente hacer todo al revés podría dar mejores resultados.

-          ¿Por ejemplo?

-          Vos decime lo que quiero saber.

-          Parece que querés saber qué querés saber.

-          ¿Y entonces?

-          Parece que es una buena intención.

-          ¿Y?

-          Y acabás de descubrirlo: querés saber  qué querés saber.

-          ¿Vos decís que a mis lectores le va a interesar eso?

-          ….si se parecen a vos…

-          Ok, te la tomo, a lo mejor esa frase le pega a alguno… pero quiero algo más concreto.

-          ¿Qué?

-          ¿Para qué sirve saber que quiero saber qué cosa quiero saber?

-          No sabría explicarlo mucho con palabras, pero a mí me pasa lo mismo, desde hace rato.

-          O sea que voy camino a ser Dios?

-          Si.

-          ¿Puede Dios no saber las respuestas?

-          Claro. Y puede saber que no sabe. Lo que pasa es que antes de ser Dios hay que dejar de creer en Dios por un tiempo.

-          ¡Ese es un buen título!

-          ¿Vos lo que querés es una nota?

-          Claro! ….No! Claro que no! Yo no quiero un colectivo, yo quiero llegar a mi casa.

-          Estás en casa.

-          ¿Si? ¿Vos decís?... ¿no se puede aspirar a más?

-          Aspirar te aleja.

-          ¿Vos decís que no cualquier colectivo me deja?

-          Ja ja ja!  “¿Vos decís? “ Palabra de Dios.

-          Sos un caso.

-          Si

-          Qué pasa si me enamoro de Dios.

-          ¿De mí? ¿Eso es parte del reportaje?

-          He is just a Man … I don’t know how to love him… he’s just a Man.  Eso canta María Magdalena en Jesus Christ Super star.

-          Claro… todo el asunto del hijo de Dios que es hombre y Dios, que es capaz de morir y después resucitar con cuerpo y todo… nunca entendí para qué la complicaron tanto tanto.

-          ¿Puede amar Dios?

-          ¿Tienen patas los patos?

-          Las patas tienen patitos.

-          Ja ja ja!!

-          ¿Qué me querés decir?

-          ¿Qué mires y veas? ¿Qué me querés preguntar? Sirve para algo todo este lío que estamos hablando?

-          Sabe Dios!

-          Me estas jodiendo

-          Si?

-          Lo que pasa es que volvemos mucho al concepto de Dios del que tuve que salirme. Es un concepto que es como materia negra, agujero negro… come sabiduría en vez de aportarla.

-          ¿Por qué…?  ¡Ese es otro buen título! Explique, Dios, juéguese!

-          Es lo del verdín. Yo me di cuenta que no podía salir de la pileta y ser ese Dios. Yo tenía que seguir laburando, ocuparme de mi familia. Yo no podía ponerme a tallar piedras con mandamientos. Entonces entendí que tenía que ser Dios sin cambiar nada.  Sólo saberlo y sentirlo. Aflorar desde la tapa del fondo de la pileta, pensé. Como una brizna de pasto rompe el suelo para recibir el sol. Pero hasta eso era demasiado. Sacar un poquito el verdín. Un cambio que ya estaba previsto por que los martes viene el piletero. A ese nivel.

-          Pero entonces…

-          ¿si…?

-          No sé… vos le llamás ser Dios a dejar de buscar a Dios.

-          Bueno… sería muy loco seguir buscando algo que uno ya encontró…  Ha dao usté con la persona indicá! Paren de sufrir!!  Jajaja

-          Paren de sufrir.

-          Es una posibilidad.