Sunday, January 31, 2016

Se Acercarán los Monos a Oler mi Cuerpo




Hay un punto entre las palabras en que uno para a buscar cómo seguir la oración. Después el lector barre todo de corrido, ignorando, por ejemplo, que esta última coma fue un punto borrado y reemplazado y que lo que iba  a escribir después de él… se me ha olvidado porque me distraje con esto que puse ahora. Así que releo y le mando al ego una dosis de adrenalina si la cosa me va. Y así empieza la inspiración. Cuando no me va del todo hay veces que dejo la computadora o me pongo a hacer un solitario. No vamos a negar que eso es frustrante. Me consuelo (desde que pasé los 60)  pensando que a mi edad puedo hacer lo que me dé la gana…. Idea que siempre viene acompañada con algunos pensamientos sobre el tiempo y la idea de “matar el tiempo” y si el sentido de la vida está en gozar el solitario… e invariablemente me pregunto cuánto más va a durar en el universo  un cuento que un solitario, porque es frecuente que lo lean dos o tres personas en mi blog y nunca más nada le pase. Esos pensamientos se dan siempre , en una rutina tan meticulosamente repetida como la de ir a mear. Antes de abandonar abro el techo (¿se entenderá esto de abrir el techo? quiere decir que intento tener otros puntos de vista revolucionarios) para  ver si entra una idea innovadora. Una frase que atrape al lector en diez palabras y lo deje colgando de los renglones al borde del precipicio. Eso fracasa invariablemente. Nunca llega la idea sin un trotecito previo de los dedos sobre las teclas. Es por eso que muchas veces los comienzos tienen poco que ver con la tema central. Sancho quiere ver televisión.  Le digo que arme algo con las maderas y los cubos pero mueve la cabeza negativamente sin mirarme. Me pongo a armar algo yo y cuando empieza a ser divertido se suma y al rato está mucho más feliz que con la televisión.  De nuevo, la inspiración subiéndose a un colectivo en marcha. Franky Peres ni siquiera se llamaba Francisco. Y no era judío como suelen ser los Peres con ese. Era alto y rubio al punto en que cuando iba a hacer el check in para subir a un avión, le hablaban en inglés. Los de la villa le decían Cambiaso, porque acusaban a su madre boliviana de haberlo cambiado por otro en la maternidad. No fue muy discriminado por sus pares villeros cuando era chico porque en la villa hay de todo y poco tiempo para eso. Releo y saco la vista. Oigo la tapa de la cacerola tartamudeando, veo que se nubló, pienso en poner música, obviamente lo de Franky Peres no me enganchó.  Me pregunto si debiera hablar del escritor que no encuentra su camino, pero ya me lo he preguntado tantas veces, y además, creo que es eso lo que estoy haciendo (que boludo!) mis acciones bajan. Tal vez  convenga hacerle caso a estas ganas de ir al baño, o nadar unas piletas de autoestima, regar la huerta, alzar la gallina y hablarle al oído, hachar un poco de leña… hacer un asadito chiquito para nosotros nomás… o llamarlo a Franky Peres por teléfono…. Esa puede andar …llamar a un número cualquiera y hacer pasar por Franky al que me atienda. Negará (¡qué buen actor!) ser Franky.  Insistiré comprensivamente... Le diré que quiero hacerle una pregunta que no lo compromete… y meintras escribo esos puntos suspensivos evalúo alternativas: “Por qué te dicen Franky?” “Cuantos tipos te cogieron antes de que cumplieras 15 años”  “por qué no te mataron cuando te afanaste el millón y medio de verdes del bimotor  en la entrega de Entre Ríos”.  Las respuestas de quienes atiendan en los números equivocados pueden ser espontáneas pero no creo que sirvan para enriquecer este texto.  Y el corredor empieza a cansarse,  (¿será buena la metáfora del corredor? Tengo mis dudas) lo pasan algunos a buen ritmo y ya no tiene esperanzas de un repunte…  quizás abandonar sea buena idea para estar mejor en la media maratón de La Pampa . Sería una boludez desgarrarse…  y el texto ya pierde la confianza del piloto …  por radio llama a torre de control para pedir pista… este no se publica…  lo aterrizo y me olvido …  no logré redondear ninguna idea fuerza, no tiene una sola piña al mentón… intentar escribir un domingo por la mañana nunca fue  buena idea… 
 
¡Pará!... la otra es publicarlo justamente por eso…! que se vea el proceso y que la próxima vez cuando lean algo sepan que estoy como Tarzán, agarrándome de las lianas en la altura, gritando en pelotas, consciente de que si le pifio será el último porrazo, y que, allá abajo,  se acercarán los monos a oler mi cuerpo entre las hojas del suelo.




Friday, January 29, 2016

HO LA




Estuve haciendo una autopsia a la palabra hola.

Y después no pude volver a juntar las partes.

Consultado que fuera mi amigo Bebe, que trabaja en Lázaro Costa, me dijo que en un caso así se estila hacer dos entierros. Ya no es tan amigo como antes, creo.

Sospecho que no debiera haber usado un destornillador para abrirla. Hice un tajo medio desprolijo y arrancado y creo que en eso desactivé el mecanismo de boomerang que lleva en la pata de la hache.  

Encontré un filtro oxidado.  Un poco de verdín en la ele. Microgotas de Wels en el acento. Muchas marcas  de rebotes en toda la epidermis. En el centro había un olor a puerto que todavía me parece estar oliendo.

Lo que no pude encontrar es la vejiga del significado. Aparentemente, en esta palabra, esa pieza es sustituida por un altímetro y un termostato que estaban bastante invadidos de esporas histéricas.  En un apéndice inconducente había un turbante árabe de plástico que nunca volvió a calzar como estaba.  Atrás de unas fotos colgadas de la pared del costado apareció una caja fuerte que hubo que violar. Sangre. ¿Quién hubiese dicho que podía haber sangre en una caja fuerte? Aún el hola dicho con sentimiento parecería más pariente de los sobres que de las cajas fuertes, y de la soda que de la sangre…  Pero para eso están las autopsias.

En los pasillos del laboratorio y en la cafetería varios me miraron de forma que no pude interpretar con certeza…  pareciera que está todo el mundo medio dolido. Sienten que me meto con ellos quizá… que ventilo sus tripas públicamente.

Me da la sensación de que nadie usaba su hola personal sino que compartían uno entre todos.

Y que he  dejado expuesto como un sapo aplastado en la ruta un baño público en que se encontraban a escondidas.

Friday, January 15, 2016

Nace la Religión


Me encantaba la mitología.

No entendía cómo una flecha en el talón de Aquiles podía mucho más que dejarlo rengo. O por qué Dios necesitaba una costilla de Adán y barro para hacer una mujer. Pero había algo de inasible y a la vez de incuestionable en la fantasía de los mitos que hacía que uno ni intentara combatirlos.
Los consumí como pochoclo, la boca abierta  y los ojos brillando a la luz de las llamas épicas. Hasta que un día me levanté con cierto dolor de estómago en la cabeza.

Miré a mi alrededor y dije “Qué es esta mierda”.

Es mierda de cobardes dije un rato después. Toda esta mariconada de cuentos…. Los hijos de puta tenían talento pero se cagaban en las patas y le lamían la mano a la realidad retorciéndose como perros sumisos. Morder y morir! Les hubiese gritado yo… déjenme de joder con esta cursilería de semidioses y manzanas de la discordia, llevensé a Walt Disney a derretirse en el infierno…  Persigan, feroces dientes de lobo a la vista, a los putos dioses hasta la cima del Olimpo y devoren o mueran en el intento… Acorralen, dañen, incidan, metansé entre las muelas las  fibras de la carne que osó lanzarnos rayos. Que la sangre moje el pasto y se seque al sol.

Pero a la hora de dar órdenes heroicas no había un puto cachorrito. Me subí a un árbol y estiré mis brazos como ramas durante una noche, y al día siguiente me bajé del árbol y creé a Dios.

Y le dije que creara a Dios. Y que la cadena siguiera así infinitamente hasta que agotadas todas las posibilidades alguien me creara a mí, y entonces yo crearía la pelota de fútbol. La dejaríamos en manos de los hombres y saldríamos todos corriendo.

Wednesday, January 13, 2016

El Fin del Universo


Faltan quince o veinte minutos para almorzar.  Lo cual da la sensación de que no se está por  acabar el universo. Pero una posibilidad es que se acabe en el momento más inesperado. Cuando se saca la bombacha. Cuando le decís al taxi a dónde querés ir.  Cuando estás pensando que esa piedrita en el zapato quizás se acomode y no sea necesario descalzarse en público para seguir caminando.

El jurado al que se le encomiende evaluar cuál fue la cosa más importante desde la creación al fin del universo seguramente dirá que todas por igual. O sea que no importa nada. Hasta hay un tipo que dice que la realidad no existe.  Suena el timbre.  Fue la mucama a abrir y oigo voces inquietantes. Me dice la mucama que es un guardia de seguridad. Parece que ha entrado gente al barrio y que hay que cerrar todo con llave y estar en alerta.  No es el fin del universo. Me quedo acá junto al ventanal porque me da un gozo vertiginoso ver un capítulo más del universal desarrollo.  Pero de pronto me doy cuenta de que pueden ocurrir los dos al mismo tiempo a ambos lados del ventanal. Acción dramática y telón final. Aún así me parece lo más digno que Marta se encierre en el cuarto de servicio y que yo siga tecleando frente al vidrio, descalzo, en traje de baño, con anteojos de 25 pesos comprados en el barrio chino, usando un aro que en realidad es el clip de metal que unía un par de medias, regalo del amigo invisible en Navidad.

En mi mente no cabe un fin sin que al mismo tiempo empiece otra cosa. Pero mi mente no tiene importancia.  Voy a sacar punta a un lápiz.  Eso me recuerda a mi infancia y me da un poco de paz.

Hasta que no llegue mi invitado a almorzar tengo que soportar este tejado caliente bajo mis pies.

Wednesday, January 06, 2016

Cara y seca




Recién yo era y no me daba cuenta

Ahora me doy cuenta y no soy