Tuesday, May 02, 2006

Para quedarme

Esto que les voy a contar vino a ocurrir después de siglos de lucha entre la ficción y la realidad a ver quién superaba a quién.
Aparece este estúpido llamado Aranaldo Supuesto, y (con ese nombre, sí, con ese nombre!!) se propone superar a ambas.
Cuando empezó a escribir telenovelas en Venezuela se decía de él que le gustaban demasiado las mujeres. Hoy en día los rumores serían más freudianos y hasta se lo acusaría de gay no asumido. Era un playboy que aprovechaba su carácter de escritor de TV para voltearse a cuanta vedette y actriz pudiera. Pero pasaba por sobre las mujeres como huyendo.

Cerca de cumplir treinta y tres, en un vendaval narcisista, dio el salto a las tablas y empezó a escribirse un papel qué el mismo interpretaba. Como no podía competir en belleza con los galanes, al principio hizo que su personaje fuese querible por su nobleza y ternura pero al final se animó a escribir que las mujeres de sus ficciones se babeaban al verlo pasar. Si se lo permitieron a Jerry Lewis...- decía. Sin embargo no daba pasos en falso: desde hacía años que la realidad infiltraba su ficción de manera mercenaria. Llegaba a su escritorio un informe semanal detallando la opinión de los televidentes sobre cada cosa que habían visto en su telenovela e incluso sobre algunas que él se proponía hacer y que testeaba antes de lanzar. Miles de informes semanales anudados a su conducta como piolines de títere le habían borrado parte de su personalidad, por falta de uso. Tenía la iniciativa y la ambición, pero no ya tanto criterio, porque usaba el del público. Las mujeres que salían con él, del brazo y por la puerta de los artistas en dirección al restaurante y al hotel, creían que abrazaban al personaje noble y tierno. La confusión duraba tres o cuatro salidas y sucedía el fin del idilio. Al punto que una dijo entre lágrimas “estoy viendo otro canal!” El era a la vez ficción y realidad y por lo tanto superaba a una siendo la otra y a la otra siendo una y a todo el mundo siendo lo que nadie había sido nunca: una burbuja flotando en el rating antes de que ocurriera.

Creo que me ensañé con el tipo y lo pinté más boludo de lo que era. Tuvo sus crisis y se preguntó por el sentido de la vida y se preguntó qué era verdaderamente el amor. Hizo terapia varios años. Se humanizó, maduró y a los cuarenta y uno se casó. Dicen que por tercera vez. De las dos primeras nunca hubo noticias claras. Empezó a gozar con mayor intensidad de la vida. Y vinieron un par de casamientos más. Lo que le pasaba en la realidad siempre se reflejaba en las telenovelas, o viceversa. De ida o de vuelta, ficción y realidad se contagiaban y corrían parejas como vías de tren atornilladas a los sólidos durmientes de los informes semanales.

De su sexta mujer, dos años mayor que él se enamoró como un adolescente. Y ella le correspondió. Pero pasado el período de metejón, descubrieron que no tenían tema de conversión. La madre de ella era indígena boliviana, amazónica, guaraní. Y ella había heredado una sabiduría de la raza: no necesitaba ocupar el tiempo. A él en cambio le preocupaba no tener un proyecto compartido. Se avergonzaba del silencio y la inactividad… le daban miedo… le desteñían su autoestima.
El sexto fracaso fue el que más le dolió. Esta vez había creído en el amor… con qué fuerza podría enterrar esa creencia muerta si la fuerza la da el amor. Anduvo por ahí preguntando qué es el amor para ver si alguna definición nueva lo salvaba. Pero (hagan la prueba) nadie sabe definir qué es amar.

Una noche de borrachera, en Navidad, dijo que no se separaría de Hada. Que esta vez se separaría de sí mismo. Y lo estuvo repitiendo por ahí a distintos aduladores que lo trataban como si estuviese sobrio. Repetía para entender. Para ver si había alguna solución que pudiera exprimírsele a esa frase que había manoteado casualmente.

Hoy es Navidad. Lo has visto en TV y en las revistas pero es la primera vez que lo vez en la vida real. Se te acerca y te pide fuego. Le das. Te llama por el nombre de Prometeo (A Prometeo le comieron el hígado las águilas por darle el fuego a los hombres…) y después te dice: Yo quiero ser el águila que te coma el cerebro con una pregunta: En equis matrimonios me separé de la otra persona siendo yo el problema. Dame ahora el fuego de tu respuesta… cómo me separo de mí mismo?
Hace un silencio y agrega después de un mal disimulado eructo Para quedarme con ella.

Estás convencido de que digas lo que digas él le encontrará un sentido y una utilidad. Te sale espontánea una respuesta:



(entre los que ofrezcan propuestas se sorteará un viaje a Venezuela de ida, a pie, con visita autoguiada a la fachada del canal Venevisión en Caracas)

2 Comments:

Blogger tazelaar said...

primero tenes que conocer a tu muerte. profundamente. entonces te haces conciente de tu debilidad mas profunda.ves el mundo con otros ojos y te sentis cada ves mas aislado. la belleza hace que las cosas se corran de las palabras que les corresponden. y entonces te tocan.cuando no entendes como vas a poder seguir viendo tanto, cuando ya estas boqueando, entonces quizas sea tu destino el poder agradecer las experiencias. y quizas el miedo se vaya. y estes ahi vos. con la humildad separandote de vos.

6:35 PM  
Blogger Boy said...

la puta, Tazelaar! Gracias

4:32 AM  

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