Wednesday, March 07, 2007

En este capítulo recuperamos el sorete pero todo se complica.

Para los giles que se asoman tipo paracaidista cabe aclarar que esta historia empezó, mucho antes de que yo empezara a olvidarla, una vez que se me ocurrió hacer una peregrinación religiosa y casi matan a un tipo de mi grupo mientras se echaba un cago entre los árboles de una propiedad privada. Si quieren pueden mirar en los capítulos anteriores que están más abajo para que vean que nos les miento. No me acuerdo cuántos son pero seguro que no pasan de seis o siete. Después del cagazo que el tipo se pega cuando un escopetazo lo sorprende haciendo fuerza le agarra un mambo místico y me entrega su billetera para que yo maneje sus asuntos terrenales. Mi primera misión es sobornar a los caseros de esta propiedad privada para que lo dejen recuperar su sorete, ya que el tipo en su delirio religioso considera que vio el absoluto en el instante en que aflojó las tripas del susto y que a fin de cuentas un sorete es tan parte de su ser divino como su alma. Estos argumentos no resisten mucho análisis, pero yo tardo en darme cuenta de cómo es la cosa porque sucesivamente me dominan tres emociones: 1) la pérdida de tiempo que aún en el absurdo marco de derroche total de tiempo como es una peregrinación me resulta inquietante (prometo verlo con mi analista) 2) el hecho de que cae como un pajarito herido sobre mi falda la billetera del gil este que desvariando se desprende de los bienes materiales. 3) que mientras negocio con los caseros que tienen cara de dobolus pero no mastican vidrio, encuentro, en la billetera del santón hijo deputa este, un sobrecito con ácidos y empiezo hacerme montones de preguntas.
Trato de estar siempre de espaldas a Pablo para que desde donde está (a unos 15 metros) no vea que no le doy un mango a los caseros. Llego con la billetera en la mano hasta donde están ellos y pienso: si la guardo Pablo se va a dar cuenta de que no pagué un mango, y si la tengo en la mano estos van a hacerse agua la boca con los billetes y no me van a creer cuando les diga que no tengo ninguna intención de largar un mango sino que vengo solamente a limpiar la falta de respeto (léase simple y llana mierda humana) que mi amigo ha dejado en al propiedad de sus señores ya que, como gente pía y apostólica que somos, en nuestro camino humilde no deben quedar huellas.
Pero la vieja arpía ya se saca la careta y me dice que "a no joder vamos " y me larga una cifra de la plata que espera que le dé (que es casi el total de lo que yo pensaba afanrle a Pablo diciendo que lo había entregado a los caseros). Sabiendo de memoria que para dar siempre hay tiempo y que a los palos dados ni Dios los quita, ofrezco primero limpiar el sitio y luego hablar de la recompensa si alguien encuentra ese rosario de plata que hemos perdido. Habrán de saber ustedes que en determinadas circunstancias me resulta más fácil y prefiero, mentir que decir la verdad. Y la conciencia de tener en la billetera los ácidos recién hallados es un estímulo poderoso a esa tendencia mitómana. Así que casi llorando le agrego, al rosario que acabo de inventar, el hecho de que ha sido bendecido por el papa y me largo a decir un nombre de papa que me suena conocido pero en medio de la frase se me ocurre que talvez sea un papa de la edad media que estudiamos en el colegio y seguro que esta vieja chupacirios se los conoce todos. Se me traba la lengua y me veo perdido y no se me ocurre otra cosa que emocionarme y para mi gran alegría me asoman lágrimas a los ojos que hasta chorrean por mis mejillas. Y embalado con la actuación les cuento que éramos adictos a las drogas y prometimos llevar ese rosario bendito al santuario para que dios nos proteja de una recaída. Mire usted para que vea: estos son ácidos que conservamos de aquella época como testimonio, alabanza y cruz. Porque hemos pecado y pecado con violencia. Este no es un camino fácil para nosotros me sale decir al final y modestia aparte mi actuación es para el oscar de Hanibal Lexter a punto de comerse un hígado por que lo susurro con voz de rezador místico y mirada de loco asesino, una combinación que mete miedo, y se les va el interés que tenían por los ácidos que les mostraba ( creo que me los iban a manguear como parte de pago) y se avienen a que pase a limpiar y luego les entregue la recompensa si alguien encuentra el rosario.
Paso, llego a la escena del crimen, veo las marcas de los perdigones en las ramas, veo el sorete, intacto y resplandeciente como una reliquia de utilería, y me doy cuenta de que no tengo en qué llevarlo. Vuelvo y logro que el del cerebro en punto muerto saque del baúl del falso falcon una bolsa plástica de un impermeable descartable y me la de. En el acto de empujar con un palo el istem protagonista de esta aventura dentro de su bolsa plástica descubro un papelito muy singular: el santurrón no solo había venido a cagar sino a mandarse uno de sus ácidos. Evalúo y desecho rápidamente por irrealizable una estratagema de chantaje. Aquí no hay establishment que se escandalice ni denunciante que merezca credibilidad. Y como se verá en el próximo capítulo, ese ácido me acercará a la verdad de formas que parecen mentira.

6 Comments:

Anonymous Anonymous said...

clap, clap, clap...Me da un poco de verguenza ser tan "cholula" pero es increible poder verbalizar tan bien todo...Que las historias comiencen mucho antes que las empecemos a olvidar,para llegar a que aqui no hay establishment que se escandalice, ni denunciante creible, pasando por toda una "aclaratoria/recordatoria" que no nos deje en bolas a los giles, hay que tener algun cuerpo calloso, o quizas un hipotalamo superior, sumado esto a una buena aceptacion de nuestros sufrimientos en la vida. Por tanto me permito EXIGIRLE a tu analista una merecida alta.Gracias, porque ahora entendi. Florencia Fanatica

7:36 AM  
Anonymous Anonymous said...

Tu analista se va a hacer un picnic con lo de Lexter, el acido y tu nuevo estilo escatologico.

5:05 PM  
Blogger Mateo said...

El acido no le llega ni a los talones a dios.

1:39 AM  
Anonymous Anonymous said...

Claro... a esta altura Dios debe haber crecido un toco...

12:08 PM  
Blogger Boy said...

lo anónimo no me divierte tanto como cuando ponen su nombre...
y me gustaría saber por qué alguien prefiere el anonimato...
who is?

8:21 AM  
Anonymous Anonymous said...

UY Boy..., no te preocupes por los anonimos, que sino pareces un profesor enojado porque se ha sentido herido, y yo se que solo parece eso y lo que interesa es un mundo con mas bolas para sostener lo que se dice con el nombre y apellido. Ellos sabran o no a que obedece su cobardia...Florencia Freixa

9:34 AM  

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