Saturday, July 18, 2009

Mirame las uñas

Esta vez voy a admitir la verdad.
Mientras la música klesmer y el vino calia se desangran en el tiempo cruel.
Voy a teclear las letras que confiesan mi complicidad: llevo sobre el hombro mirando hacia delante, y aferrada a mi pellejo con sus garras, al ave de la muerte que todo lo evalúa con su pico corvo y gris.
Y aún cuando miro a Sancho sonreír, y aún cuando miro el horizonte y mire lo que mire….
No dejo de sentir sus garras en la piel de mi hombro y su acre voz maldiciendo por lo bajo que nada le es ajeno.
Aplastada por ese martillazo cada escena de mi vida es un final.
Cada momento algo para no olvidar aunque mi memoria sea una cosa ya olvidada.
Cada instante es un chancho enjabonado sobre el que me lanzo de cabeza con los dedos como garfios y puñales, con la moneda en el aire, con los huevos al viento de la irrespetuosa historia, con la yugular abierta en el riachuelo, con la frívola ambición de figurar violada en los canales de tv, con mi vida encerrada en un barrio privado que mis hijos grandes miran con desdén, con mis cientos de sombreros desteñidos pudriéndose en un basural del conurbano y mi colección de bastones haciendo el irreversible tica tac hacia la desilusión.
Me tiro de cabeza.
Conocés el juego del chancho enjabonado que en las fiestas del campo es una fiesta?
Todos tratando de agarrar al lechón asustado y resbaladizo.
Mirame las uñas
Llenas de jabón
Vacías de chancho.
Y sin embargo está todo bien.

(aca, al final, va la palabra amén, de la cual, después, vamos a tener que hablar también)

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Qué buenos los dos. En cuanto a éste... se nos escapan los chanchos momentos pero siempre nos queda el olor y las manchas del jabón...y la transpiración de haber corrido un rato largo atrás del chancho, y eso en general es suficiente. La memoria es un poco el jabón, las manchas, la transpiración, todo eso.
Del otro, yo llevo 10 años de anteojos y ya me cargué un 3 de miopía y astigmatismo, y te diría que lo peor no es el no poder leer los carteles o parar a un camión en lugar de a un bondi, si no perderse los contornos y los bordes de las cosas. Que el comienzo de algo y el fin de otra cosa que está cerquita se mezclen no siempre está bueno...aunque a veces sí.

Victoria

1:47 PM  
Blogger unapalomaenberlin said...

claro, es que si lo atrapás te quedás ahí parada abrazando un chancho enjabonado y no sabés qué hacer. al final, el que gana pierde. ¿o matan al chancho?
tengo muchísimo klezmer viejo nuevo. apenas vuelva. un abrazo.

4:15 PM  
Blogger unapalomaenberlin said...

el temita del hombro, según unos hippies todos la tenemos en el izquierdo, toda la vida. en fin...

4:15 PM  
Anonymous Anonymous said...

"..... preguntale a tu muerte. ella te dirá que todavia no te tocó, que nada importa en la vida mas que su toque"
entonces?
tener q creer.
taz

1:02 AM  

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