Wednesday, November 19, 2008

“Lo mataron tratando de resucitarlo”.

COMO EVITAR QUE NUESTRA RESPUESTA A LA CRISIS HAGA MAS DAÑO QUE LA CRISIS.
Cuentan que un motociclista se puso un saco al revés para que el pecho no le quedara expuesto al viento y luego tuvo un accidente con la moto. Lo llevaron al hospital por una pierna golpeada… y allí murió cuando intentaron enderezarle la cabeza.
Toda crisis tiene una parte objetiva y real que posiblemente esté ajena a nuestra voluntad y otra parte subjetiva y controlable que es la calidad de nuestra respuesta a esa crisis. En la India, por ejemplo, murieron, el 3 de agosto, 150 personas aplastadas ante una falsa alarma de bomba. Y en Estados Unidos tres estudiantes por un incendio que nunca existió.
Si esa gente llega al extremo de morir por procesar mal una noticia y actuar de manera inconveniente, debemos, por lo menos, preguntarnos cuánto del daño que nos hace una crisis económica reside en la forma equivocada en que actuamos, y distinguir eso del daño real e inevitable. Ya que estamos, podemos hacer una estimación de cuántas de las oportunidades que trae una crisis desaprovechamos por padecer los efectos psicológicos y sociológicos de la crisis. Y si nos ponemos realmente exigentes podemos preguntarnos cuánto disminuyó la eficacia y motivación de nuestros empleados, proveedores y clientes porque cada vez que les hablamos de crisis o recortamos un gasto, los desalentamos, les dimos un motivo para que se esforzaran menos y una excusa para justificar resultados subóptimos.

Cuáles son las facultades de la gente para actuar eficientemente que se ven perjudicadas por las emociones que conllevan las crisis? Es obvio que, lejos de hacernos más poderosos al estilo que fantasearon los creadores de Hulk, las emociones fuertes nos hacen más torpes e irracionales. La habilidad para funcionar en equipo es sin duda muy vulnerable. El desaliento, la desconfianza, el pánico, la anomia, son algunos de los peores enemigos de la empresa en épocas de crisis. El incremento de la conflictividad, el deterioro de la comunicación, la formación de bandos y quintas, la degradación de la adhesión a valores éticos, la concentración del poder, la paranoia, el ausentismo, el stress, el aumento de enfermedades psicosomáticas, son problemas que disminuirán el resultado de la empresa aunque la crisis sea sólo una ilusión y la agravarán cuando sea real.

Cómo evitrlo:
· Adoptemos una actitud basada en que la crisis no es eterna. Comuniquémoslo formal e informalmente a nuestro personal, clientes y proveedores. Eso implica cuidar relaciones y trabajar para estar mejor a la salida del túnel. En el anillo del sabio Rey David decía: “Esto también pasará”
· Recordemos que la crisis trae oportunidades y que es necesario estar atentos bien coordinados para aprovecharlas.
· Consensuemos internamente qué riesgos y oportunidades se vienen.
· Hagamos un plan conjunto para evitar riesgos y aprovechar oportunidades.
· Escuchemos a la gente con más cuidado y educación que antes.
· Recordemos que la frustración, más que el trabajo abundante, es causa del stress. Y que la buena comunicación reduce la frustración.
· Una reducción de gastos es una excusa para producir menos. Solo reduzcamos si tenemos algo mejor en que invertir. Y entonces encuadrémoslo como una mejor oportunidad más que una mala noticia.
· Evitemos la profecías pesimistas autorrealizadas.
· Recordemos que los argentinos tenemos un gran expertise en crisis y hemos sobrevivido a varias. No vale la pena perder el sentido del humor.
· No hablemos de los problemas sin decirle a la gente lo que esperamos que hagan al respecto, acordando con ellos el camino a seguir para lograrlo.
· Recordemos que, como dijo Henry Ford, el que cree que puede y el que cree que no puede, ambos tienen razón …
· …Y que toda empresa que valga la pena requiere cierta dosis de locura. Pero a la hora de elegir, conviene elegir locuras optimistas.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Muy bueno. Adhiero absolutamente a que es esa y no otra la posición a tomar, pero en mi opinión las gerencias (hablo en general) no saben transmitir para ningún lado. Es un buen gerente el que no lleva problemas al capo, y a su vez no tranquiliza a los empleados. El punto a cambiar es el "atornillamiento por autodecreto" de las gerencias. Los Argentinos crecimos en crisis, no tengo dudas que habrá salida, siempre y cuando nos aceptemos como somos y no sigamos jugando al "como si". Ortega y Gasset: Argentinos a las cosas!!!Laburemos seriamente y con convicción que ya sabemos vivir con "chaucha y palito". Flor (viste? posteaste y no se cayó más!)

9:32 AM  

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