Sunday, August 09, 2009

Púrpura

Suena el timbre.
El Papa abre la puerta.
El exterior se conecta con el interior.
El exterior devora al Papa.
Donde estaba él, ahora está Gumersindo, que es bastante parecido: está en calzoncillos, mal afeitado, con algo de lumbalgia, aliento de viejo, pelo gris despeinado y un poco de caspa.
Donde estaba el ama de llaves ahora está Ema, que se parece bastante al ama de llaves. Tantos años de sexo rutinario con Gumersindo la han desdibujado un poco y no tiene contornos tan prolijos como tenía el ama de llaves.
Por la escalera baja el primer hombre que salió de la panza de Ema, vestido de uniforme porque es oficial del departamento de emisión de documentos de la burocracia.
Se dirige al exterior a verificar que los documentos documenten la realidad.
Toca el timbre de mi casa.
Abro y el documentalista hijo de Ema vestido de uniforme intenta devorarme.
Le pego con mi máquina de escribir en la cabeza y las letras f, g, y p quedan trabadas aunque solo la f alcanza a marcar el papel.
Las destrabo y vuelvo a pegar en la cabeza del uniformado. Una y otra vez repito el movimiento y sobre el papel se va escribiendo la frase. No puedo reproducirla por que es del orden de lo sagrado.
Se la leo al oficial burócrata documentalista de uniforme pero es obvio que con el cerebro nadando en un charco de sangre desparramado por el piso será incapaz de entender lo sagrado. Evalúo lo tedioso que será cargar el cadáver, limpiar el piso, descuartizar al hombre, meterlo en bolsas de residuos y entregarlo al basurero en interminables cuotas. Me pongo mi uniforme de policía y paso al bando que tiene más probabilidades de éxito: comienzo la investigación.
Inmediatamente (por que ya lo sabía de antes) descubro quién es el asesino y lo informo a las autoridades, mis superiores en el área de investigaciones. Se me ordena atrapar al sospechoso. Se hace omnipresente un obvio dilema ético.
Con fondos de la repartición adquiero diecisiete fichas para la cinta de correr en el gimnasio del partido político gobernante. Desplazo el artefacto para que se enfrente a un espejo. Ya subido a la cinta miro al asesino a los ojos y murmuro entre dientes: no hay problema moral que no pueda comprarse con diecisiete fichas.
Y comienzo mi carrera.
Mientras tanto en la central burocrática de la documentación un científico verificador de peritajes levanta su ojo arrugado del microscopio y declara estupefacto: nada es lo que era.
La onda expansiva de esta frase nuclear causa meneos, temblores y movimientos leves en las hojas de los árboles de todo el universo. Nunca nada volverá a ser como antes.
Un prelado corre púrpura a avisar al Papa.
Y volvemos al principio.

8 Comments:

Anonymous Anonymous said...

creo que el problema de todo es el color... yo

4:03 AM  
Blogger Mateo said...

Este está escrito con sumo pontífice, pur pura casualidad.

11:28 AM  
Anonymous Anonymous said...

Puertas adentro es la universidad de la cosmogonía y puertas afuera la guerra del fin del mundo, pero las puertas son vaivén.
Silvia

1:12 PM  
Anonymous Anonymous said...

Ja! que buenos comentarios!
Y eso que no hay newls del comentarista que Ta zentado sobre los laureles... ni de la que hace flor de elogiois cada vez que lee...

3:02 PM  
Anonymous Anonymous said...

Ema Tomas!!!!La conozco!!!!Flor

4:25 PM  
Anonymous Anonymous said...

Recien la quinta vez que lei elk comentario entendi que Ema Tomas era ematomas!
Hay q tener en cuenta que esta flor de comentarista es medica emergentologa y a visto gente golpeada pal campeonato.
Pf

8:14 AM  
Anonymous Anonymous said...

Ema Tomas es HEMATOMAS! Pero es travesti, es masculino y se disfraza de colores diferentes en 10 días. Perdón, estoy con burn out, sabrán disculpar. Flor

4:15 PM  
Anonymous Anonymous said...

Yo a Sancho quería ponerle Tomás de segundo nombre... también por el juego de palabras...

5:50 PM  

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