Definí arruga

Hoy vino Simón a visitarnos. Estamos en mi departamentito de Ugarteche por unos días. Lo sentí como una visita a Sancho porque ambos fueron la alegría. Los demás, testigos. Y qué bueno.
Comimos sushi con vino tinto y que bueno, también.
Y cuando Simón dijo me voy pregunté a dónde. Al Pacha, contestó y te aclaro por si sos de los que no saben qué el Pacha es una casa dónde Simón ayuda a que pasen cosas buenas, tipo arte, desde literatura hasta comida pasando por música, teatro, clown, baile y lo que se te ocurra. Los Padres en general se enorgullecen de sus hijos por cualquier boludez. El Pacha es cualquiera a fondo. No es porque sea el nene mío...
La cosa es quel Simio se iba y había que bajar a abrirle... y fui.
Me puse la camisa blanca con que visité tres posibles clientes hoy ( tres boludo tres) la que me acompañó en la breve siesta de cuando llegué casa, la que me saqué cuando hizo calor y la que me puse para comer sushi con el monito y Maribel.
Hablamos un ratito con el mono en la puerta. Me pregunto si él sabrá cuánto valen para mi esos momentos...
Se fue y me quedé solo. A sentir, con el vino bueno ingerido, la consistencia de las cosas y entar a solas en el ascensor y verme.
Camisa blanca - aspecto veraniego, look un poco más alegre que la edad que tengo, pero la camisa...(blanquísima)... estaba tan arrugadea que pensé que había algo raro...
Rompí el silencio en soledad, con esa típica transgresión beoda: cuantas arrugas! dije
y despues de un silencio filosófico pregunté:
Cuantas hay exactamente, dije
Mis ojos recorrían como con lupa las infinitas arruguitas...
El ascensor se detuvo al llegar a mi piso.
Pero yo inmovil
hasta que dije lo del título:
Definí arruga.