Sunday, October 18, 2009

Es posible

Dos días después de cumplir catorce años, Juan, sentado en el inodoro decidió que no se iba a limpiar el culo.
Se subió los calzoncillos, los pantalones, ajustó el cinturón, y se miró al espejo.
Cuando pasó a buscarlo el transporte del colegio subió y en vez de saludar con el pie en el primer escalón cómo hacía todos los días, prefirió esperar al momento adecuado.
Vio las caras de los compañeros de todos los días. Como una bandera, flameaban aferrados a algo anterior.
En la siguiente parada subió Federico, que se había cortado el pelo rapando algunas partes de la cabeza y dejándolo largo en otras.
Martina gritó miren lo que se hizo, La Thatcher no te va a dejar entrar.
Hubo otros gritos y chistes.
Martina se dio vuelta y dijo no cierto que La Thatcher no lo deja entrar, clavando sus vivaces ojos impunemente en la mirada de Juan.
Es posible dijo Juan, y hablaba del escalón, de esos ojos y de la Thatcher.
Martina se quedó mirándolo un segundo, acostumbrada a que Juan se perturbara cuando le hablaba, le pareció que no lo veía hacía mucho tiempo, pero lo había visto ayer.
Una ambulancia pasó junto al ómnibus haciendo ni nu ni nu.
Hiciste lo de historia le preguntó Martina y el gozó de los ojos otra vez y le contestó ni nu ni nu. Martina largó una carcajada.
El tráfico se detuvo. Había un accidente y avanzaban de a poquito. Los demás chicos seguían haciendo el barullo de todos los días. Varios se estiraban a tocarle la cabeza a Federico desde otros asientos y él ya empezaba tener reacciones medio violentas. El bus avanzaba en primera. Martina fue la primera en ver el cadáver. Se dio vuelta y le dijo a Juan, hay un muerto. Juan casi dijo, es posible. Pero prefirió esperar el momento adecuado.
Todos se agolparon del lado de la izquierda para mirar por las ventanillas cuando se difundió la noticia del cadáver. El chofer pegó un par de gritos intentando que volvieran a sus lugares pero desistió. Nadie lo escuchaba y ya el accidente iba quedando atrás.
Un ojo experimentado hubiera advertido el cambio de clima en el grupo. Cada uno a su manera procesaba el impacto.
Cuando llegaron al colegio bajaron ordenadamente. Juan bajó último. Martina lo esperó y bajó con él. Por primera vez.

1 Comments:

Blogger Boy said...

este va sin comentarios

11:04 AM  

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