Monday, August 04, 2008

Moneda en el aire

En un bar de Minesota o de Ohio vas a encontrar siempre al mismo tipo diciendo los mismos lugares comunes. La primera charla de borrachos te resulta divertida pero después te vas dando cuenta de que están todos fotocopiados. En Nueva York es al revés, lo difícil es que se te repita el personaje. No pueden copiarse aunque traten. El vértigo del recambio es como la frenética lucha de las especies en la jungla ecuatorial.
Y con el alcohol se diferencian más en vez de homogenizarse.
Sin embargo a este tipo lo encontré en un bar de Mineapolis, una vez que fui a una entrevista en las oficinas de Cargil.
El pasaje me había costado una fortuna y las entrevistas no sirvieron para nada y eso me pareció suficiente excusa para buscar un bar en el que borrar la semana entera.
Encontré uno que tenía esculturas y bibliotecas y sillones de segunda mano. Las mozas te miraban a los ojos y se sentaban a veces con algunos de los clientes a hablar de cine o literatura. Una de ellas era hija de colombianos y por lo tanto entablamos una conversación con cierta complicidad. Ella me presentó a Gus un tipo de alegría intermitente. Se le iluminaba la cara unos segundos y después venía la sombra más feroz.
Al segundo wisky le dije que era escritor. Al tercero le confesé que me interesaba como personaje. Que con sus dos caras era como una moneda en el aire.
“En el aire” repitió Gus, y yo solté una risita porque que me hubiese resultado más esperable que repitiera lo de las dos caras, sorprendido por que alguien le dijera tan frontalmente que de afuera se le veía así.
Un bombero ve muchas cosas, me dijo, pero esto de la cara alegre y triste me ocurre desde chico. No tienen nada que ver con mi trabajo. Tengo lo que se llama una expresión de descanso triste. Cuando mis músculos se relajan parezco sombrío. Pero es una ilusión óptica. ¿A usted le gusta la pesca? Hay pescados que tienen cara de enojados. Es solo nuestra ilusión, ellos no expresan sentimientos con sus caras, pero a nosotros nos parecen enojados. Solo nuestra ilusión.
Le permiten a usted seguir de bombero siendo alcohólico? Le pregunté.
Si, dijo. No está oficialmente declarado. Somos varios los que bebemos mucho. Rara vez se nota en nuestro trabajo. Otros faltan por gripes o lumbalgias.
Si le pidiese que inventara otra explicación para sus dos caras, ¿qué me diría?
Tomaría lo que usted dijo de la moneda en el aire. Hizo una pausa tan larga que terminé ofreciéndole otro wisky. Aceptó y entonces volví a preguntar.
Me dijo que de joven había jugado al espiritismo con una copa sobre una mesa. Todos ponían sus dedos sobre una copa invertida y había letras en la mesa. La copa se movía de letra en letra. Generalmente iba hacia el si o hacia el no.
La sensación es parecida, me dijo, a cuando los bomberos estamos atajando a la gente que se arroja desde un edificio en llamas. Estuve en el incendio de una torre en que salvamos así a ocho personas. Otras treinta y una impactaron contra el piso y murieron. Seis o siete porque no llegamos o calculábamos mal y caían junto a nosotros… un par se quebraron en el borde mismo del aro que sosteníamos. Caían en silencio, como si ya hubiesen muerto antes de impactar. Como si el vértigo les hubiese arrancado el alma.
Cuántas veces ha estado usted en una operación así? Pregunté
Una sola.
Una sola?
He estado en simulacros y me han contado de otras.
Aha.
Y hemos estado en varios intentos de suicidio pero las personas desistieron. No se tiraron. En los incendios la gente no puede pensar.
¿Le gusta a usted su trabajo?
Mire son dos cosas distintas: mi trabajo tiene jefes, amigos, problemas internos como cualquier empresa, nos va bien, mal, y todo eso. A veces somos realmente útiles a la comunidad. A veces visitamos colegios para enseñarles a los chicos algo de prevención y que vean el coche bomba y se prueben el casco… Somos respetados y hasta admirados y sabemos que eso es así. Lo de la moneda en el aire me podría haber pasado en cualquier otro trabajo. Antes el alcohol la hacía desaparecer. Por eso empecé a tomar seguido. Lograba la sensación de ser otra persona.
¿No tienen ustedes ayuda en ese sentido? ¿Un programa de manejo de stress, terapia de apoyo, algo?
En otros estados se hacen esas cosas… acá no creemos mucho en los psicólogos… se probó pero no dio resultado. La muerte es la muerte no importa lo que te digan.
¿Tenés miedo a alguna cosa? pregunté
Yo no lo llamaría miedo, pero hay una cosa que me quita la felicidad por varios días.
¿Qué es esa cosa?
Cuando estoy haciendo el amor con una mujer y se me cruza la idea de que sus gritos de placer son en realidad los gritos que quedaron debiendo dos de aquellas mujeres que cayeron en silencio, pegaron contra el borde y se partieron la espalda. El placer y el horror se expresan de forma bastante parecida. Y yo soy el mismo que estuvo en los dos.
Tomo dos tragos.
Me lo banco, ojo, que puedo con esa idea y otras peores. Puedo sobrevivir a eso.
El aliento de Gus me pegó en la cara con fuerte olor acre.
Pero no me gusta que me lo hagan, y yo sé que es alguien que me está mandando esto.

La cara se llenó súbitamente de alegría y palmeándome el hombro dijo:
¡A quién le importa, yo pago el próximo!
Parecía un mal actor.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Ah la la...Es una especie de transición lenta entre el Bradbry "on fire" y la dura realidad (dura, no necesariamente triste). Jamás he pensado durante mis orgasmos en los qe se estaban perdiendo los muertos del día, ese orgasmo es un puente indispensable a la vida normal, y fijáte que en éste punto te contradecís con tu último comentario: Que hace tu mente en el orgasmo??? Creo que Gus debería tener un apoyo psicológico, y no sé que me pasa con los finales, estás como "apurado". De todas formas me gustó mucho a pesar de ese toque internacional. Flor

10:25 AM  
Anonymous Anonymous said...

Ahora se agrandó la mina y te entró a criticar a toda máquina!!!

10:27 AM  
Anonymous Anonymous said...

Embotado por el calor romano, despues de muchisimo tiempo, vaya uno a saber porque, decidi volver a leerte, y veo que seguis en forma. Una primera conclusion es que cuando uno esta embotado puede tomar decisiones acertadas, como esta de volver. Otra conclusion.....ehmm

4:26 AM  
Anonymous Anonymous said...

marcusse! que gusto!

8:06 PM  

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