Saturday, June 08, 2013

Dada


Hay una combinación insospechada en la gata negra de ojos amarillos, el sol de otoño que entra con todo lo que tiene, el fuego prendido en el hogar, la copa de vino tinto  de mi tierra, la mujer y el hijo, que en este momento se ríe imitando la cara que puso la gata cuando la alcé.

Hace un instante le dije que me diera un beso y me  lo dio con un abrazo.

Ahí se acabó el camino. Algo demasiado bueno explotó bajo la línea.  ¡Quién podría haberlo predicho! Me es posible esta intensidad. Me es dada. La convicción de que  no era posible me tendió esta trampa.

Y no pude evitar el susto: ¿qué hace un caminante como yo? ¿Qué hace un resignado a la lucha por la causa perdida cuando le cambian la espada por la flor? ¿Qué hace el que sólo aprendió a perder esforzarse y perder cuando ve derrotado al campeón a sus pies?

¿Qué busca el que ya encontró pero sólo sabe buscar? ¿Dónde pongo las manos? ¿Para qué sirve ahora  el celular? ¿Cuál es el cronograma del presente? Qué hago con la felicidad… Si yo no sé parar…

 

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