Desmadre
("A braun serantes? Me duele la ingouville," Marina y Boy Olmi)
Cuando la marea baja hay cadáveres de pulpo a medias digeridos por el barro del momento. La ley de gravedad los deglute desde el centro y por sus comisuras flotan anclas de cementerio. Ataca la nueva ley, la nueva ley de gravedad.
De las tres marías, una ya se ha extinguido. Solo está su luz en el vacío, volando, hacia acá, huérfana. Huyendo de su vieja y gastada melena cada día más corta.
Con las estelas de los barcos del pasado habrá que hacer una peluca. Con las sonrisas de las chicas que me encandilaron. Con las firmas de los escribanos. Con las largas esperanzas de los ricos. Con los números de las loterías.
Y sólo quedará esa peluca porque el universo se va devorando. Un escuerzo que se come un sapo y un sapo que traga un escuerzo.
Yo a cada rato me visto de negro. Como latiendo: ahora luto, ahora no. Con la arritmia de los estertores voy y vengo a los bingos llevándoles flores.
Se mueren las madres y los escritores.
Y las letras van como hormigas secas, con el sinsentido de los apagones.
Han volteado la casa vieja y han vuelto su escombro a la tierra.
El vacío muestra su guerra. No hay a la vista una teja, ni un viejo perro que ladre. No se oye una queja, ni un verso a la madre.
Nadie se hizo ilusión de que fuera diferente. Fue apenas una distracción. Pero al tener, allí en frente, la pampa vuelta a instalar, se ve el espejo vacío, y el frío… que sabe esperar.
El universo ataca.
No hay dónde clavar los talones para frenarlo.
No hay como restar ni dividir.
Pero tengo mi plan.
Cuando la marea baje voy a sufrir.
Y cuando suba…
Dejarme ir.
Cuando la marea baja hay cadáveres de pulpo a medias digeridos por el barro del momento. La ley de gravedad los deglute desde el centro y por sus comisuras flotan anclas de cementerio. Ataca la nueva ley, la nueva ley de gravedad.
De las tres marías, una ya se ha extinguido. Solo está su luz en el vacío, volando, hacia acá, huérfana. Huyendo de su vieja y gastada melena cada día más corta.
Con las estelas de los barcos del pasado habrá que hacer una peluca. Con las sonrisas de las chicas que me encandilaron. Con las firmas de los escribanos. Con las largas esperanzas de los ricos. Con los números de las loterías.
Y sólo quedará esa peluca porque el universo se va devorando. Un escuerzo que se come un sapo y un sapo que traga un escuerzo.
Yo a cada rato me visto de negro. Como latiendo: ahora luto, ahora no. Con la arritmia de los estertores voy y vengo a los bingos llevándoles flores.
Se mueren las madres y los escritores.
Y las letras van como hormigas secas, con el sinsentido de los apagones.
Han volteado la casa vieja y han vuelto su escombro a la tierra.
El vacío muestra su guerra. No hay a la vista una teja, ni un viejo perro que ladre. No se oye una queja, ni un verso a la madre.
Nadie se hizo ilusión de que fuera diferente. Fue apenas una distracción. Pero al tener, allí en frente, la pampa vuelta a instalar, se ve el espejo vacío, y el frío… que sabe esperar.
El universo ataca.
No hay dónde clavar los talones para frenarlo.
No hay como restar ni dividir.
Pero tengo mi plan.
Cuando la marea baje voy a sufrir.
Y cuando suba…
Dejarme ir.
5 Comments:
JA! Muy bueno, Boy!
saaaa! mencanto. pinta tu aldea y seras el universo y todos los talonarios no alcanzaran para contarte.
cuando la marea baje, surfá.
simon
Cada día más corto... ahí está todo. Esa es la verdadera línea de este texto. Touché. Carmen
Todo muere..., todo nació antes de morir..., el tema es el trayecto. Habrá que ver la que nos toca, Boy. Me encantó!!!
Y como SIMON DIJO: Cuando la marea baje habrá que surfar. Hay muertes de todo tipo, pero todas tienen el denominador común de dejar en evidencia lo sembrado. Se te quiere.Flor
Este va con la siguiente intro:
de las cuatro hermanas, una de las cuales era mi suegra(Sophy Braun de Olaechea) murió primero Fanny y con eso quedó libre la Casa Blanca de Pinguinos en que todos se habían juntado desde mucho antes que yo conociera a Carmen. Allí decenas de primos crecieron y se relacionaron, cantaron y jugaron a las cartas, llevaron novios y conocieron gente. Una canción emblemática que fue un clásico de la galería hablaba de una enamorada que esperaba a su marinero en el puerto con su viejo gastado vestido cada día más corto (por el emabrazo, of course). El día que murió otra hermana (Emmie) fui al velorio en casa de ella a pocos metros de la Casa Blanca y cuando salí a caminar descubrí que la casa blanca acababa de ser demolida y sus escombros mortales seputados en la pileta que yo había ayudado a cavar, de joven. Mi madre, que era amiga de las cuatro hermanas había muerto el mismo año. el atropello de la realidad se me hizo patente y lloré este poema de impotencia.
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