Friday, September 27, 2013

Mandato

Fui criado en una especie de fanatismo cínico y ateo. Papá no creía ni en los relojes. Mamá, hacia el final, no creía ni en el materialismo dialéctico. Crecí con la certeza de que La Verdad existía, pero, como el dios de los piadosos, no se dejaba ver jamás. Y mis padres, injustamente, también me inculcaron el mandato de buscar esa verdad elusiva, de denunciar la mentira, de luchar contra toda falsedad, de poner el grito en el cielo ante la más mínima tergiversación de lo real.

Mi infancia estuvo privada de fantasía y de ficción. Las quimeras que llenaban las horas ociosas de mis compañeros me resultaban tan ajenas como estúpidas. Mi imaginación amputada me vedaba, incluso, la pavorosa compañía de los monstruos. Mis maestros me juzgaban serio y antisocial, pero lo cierto es que en todo contacto humano debe mediar una ilusión, una mentira de la que yo era incapaz.

Ayer, después de enterrar a papá, salí con mi hermana del cementerio y caminamos sin rumbo y en silencio durante unas horas. En nuestro camino cruzamos a una vagabunda que tenía un pedazo de cartón con la palabra “vidente” anotada en lápiz. 

Me sembró una duda.



 

 

Mandato II

 

Me paré al borde para ver si cerca de la muerte podía desligarme de la vergüenza.  De toda esa dependencia que no me dejaba ver quien era yo. Pero no me lo creí. Sabía que nadie se tira por curiosidad. Entonces me tomé cuatro whiskies dobles seguidos y lo invite  al del espejo a confesar. "Tendrás un juicio justo", le ofrecí, pero el reo era mas culpable de ignorancia que de cosas inconfesables. No sabía qué tenía que decir. Le costaba hasta entender la pregunta. Entonces adopté mi estilo didáctico, de maestro ciruela, y le dije:  estoy queriendo entender qué me impide plagiar una gran obra y presentarla como propia. Quiero entender hasta qué punto la telaraña social se me ha hecho carne y no puedo actuar con libertad. Me estoy diciendo a mí mismo que si no puedo con esta boludez nunca podré despegar en ningún sentido trascendente. Esta es una prueba piloto. La moral nunca debe ser un lastre. Para portarse bien en la comunidad esta muy bien. Que las maestras jardineras sigan pregonándola. Pero en el universo hay algo más que ser buen alumno. Y para eso hay que romper el cascarón. Tengo claro que antes de morir la Historia de la humanidad me va a importar un bledo. Pero no sé qué me va importar en cambio o cómo será el nuevo universo de la no importancia. Con eso dándome vueltas en la mente desde hace unos días, cayó en mis manos un buen pedazo de literatura,... y me pregunté  por qué no hacerlo mío. Por qué no ser algo que no he sido nunca y ampliar mis fronteras de experiencia. Por qué no ser un plagiador como quien incursiona en un nuevo estilo o perspectiva. Una nueva religión...
La parte fácil fue el acto físico de cortar y pegar y ponerlo en mi blog con mi nombre. Dormí mal. Tuve ataques de pánico. Leí con culpa las felicitaciones de los lectores. Todo el tiempo estaba tentado de aclarar que era un experimento. Es mejor ser un plagiador de verdad, ya que tanto él como yo hemos pecado pero yo he hecho infeliz a una persona más que él: a mi mismo.
Me dije que la experiencia sólo podía valer la pena si la llevaba hasta sus últimas consecuencias. Pero no lograba identificar ese límite. El alcohol no había dado resultado así que probé con algo más fuerte y encaré al del espejo. No le gustó. Me miró feo. No hizo falta hablar en voz alta como hace el que bebió. Los dos sabíamos lo que el otro pensaba. Quería que me lo dijera aunque solo fuese con los ojos. Me le acerque y el hizo lo mismo. Llegamos a presionar nuestros gélidos cuerpos, uno contra el otro. Hasta que en medio de su confesión telepática se le nubló la mirada y se empañó mi visión y el se hizo nube o fantasma. Me desperté pensando que había matado. Era solo la culpa de haber admitido que estaba dispuesto a matar. Quise argumentar que la muerte es parte de la vida. Que la muerte en este caso crearía un nuevo escritor. Con un nuevo mundo. Una persona más fuerte que las dos anteriores.

La locura del plan tenía cierto sabor a logro, a rotas cadenas. A gloria emancipadora. Su desmesura me elevaba por sobre la moral. Quien roba a una persona es un ratero, quien roba a millones, un conquistador. Había que llevar la acción a que trascendiese los límites y se liberara de posibles clasificaciones. Matarlo y ser el otro. De nuevo, la parte física resulto pueril. Desmitificada la consecuencia, el acto de matar no lleva más esfuerzo que plantar un árbol o lavar los platos.
No creo que él mismo me hubiese condenado. Un hombre que no creía ni en los relojes... Quizás hasta haya estado orgulloso en el instante en que vio el arma.
Me había increpado, con cierta irritación, porque acababa de descubrir mi plagio y le parecía increíble. Llamativamente uso la palabra "inverosímil", tan literaria. Para devolver la escena a la verosimilitud, extraje el arma. Se detuvo. Se la puse en su mano y en un rápido movimiento que había practicado toda la semana, lo forcé a dispararse en la cien. Puse uno de sus manuscritos mas depresivos en su otra mano, para que el charco de sangre que crecía lentamente en el suelo manchara una esquina de la hoja y integrándola a la escena  y transformándola en una despedida atea.
Cuando la policía nos devolvió el cuerpo, yo, secretamente, ya era él.
Mi hermana y yo lo enterramos esa tarde sin avisar a nadie. Luego caminamos horas.
La primera recompensa me fue dada esa tarde durante la caminata. Pasamos junto a una vagabunda recostada sobre unos bultos, en la vereda. Al pie de esas pertenencias había un cartón que, escrito en lápiz, decía: "Vidente".
Sentí que algo en mí se rajaba.

Entre lágrimas murmuré las palabras de Leonard Cohen:
 There is a crack in everything,

that’s how the light comes in.

Mi hermana trataba de consolarme.
Yo nunca había sentido tanta felicidad.


 

 

3 Comments:

Blogger Boy said...

al llegar a la zona de comentarios el lector ya puede enterarse de que este bizarro experimento consistió en plagiar a Mat descaradamente a ver que se sentía y escribir una ficción al respecto basada en este juego pero dejando la posibilidad abierta de que sea él el que me haya plagiado y se haya apoderado de mi blog luego de matarme... ¿cuanto hace que no me ves por ahí vivito y coleando....?
mmm.... bastante no?

8:02 PM  
Blogger Silvia Bonetti said...

Yo había leído el post no hace mucho en lo de Mateo, así que cuando empecé a leer me asusté un poco, plagiando al hijo!!!!
En fin, está bueno igual, es como un cadaver exquisito consanguíneo.
Arreglen sus vínculos, che, los dos escriben muy bien.

8:13 AM  
Blogger sinonimo said...

un papindromo genetico vuelta y vuelta, un toma y daca degenerado, un influyendo de antigravedad, una sinceridad apatrida que si viviera borges, se le pararia la pija de solo imaginarse uplagiando el futuro.

12:45 AM  

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