Caras 3
Vi “Five easy pieces” la primera película
actuada por Jack Nicholson como
protagonista y me pasó algo extraño: una identificación tan fuerte con el
personaje que hasta me veía parecido al
actor. No encontraba disonancia alguna
en la cara del joven Nicholson. Nada lo
ponía en off side. Su cara me era tan natural como el olor de mi casa. En los cuarenta y dos años que pasaron desde
entonces vi la mayoría de sus películas y generalmente me gustaron mucho. Desde la familiaridad y neutralidad que se instaló entre el espectador y el actor
se podía construir cualquier personaje.
En cambio la cara de Alec Baldwin siempre me ha resultado inaceptable. Algo en el firulete que hace su labio superior bajo la nariz. O lo
exagerado de la estilización aerodinámica en sus ojos. Un brillo que lo
acompaña siempre producto de las miradas que sabe que recibe … Entre esos dos actores, en el abismo con que
mi percepción los separa, se ha formado
un manantial de preguntas peligrosas
como un taladro que se enciende solo: ¿por qué? ¿hay algo de fundamento? ¿es la cara
reflejo de la personalidad? Y después vino una más específica y
provocadora: ¿podré poner en palabras lo que me dice una cara? Un desafío fascinante para alguien que cree
que la poesía consiste en nombrar lo que hasta ahora no se ha podido nombrar,
pero, a la vez, un desafío en el que no sé
cómo dar ni el primer paso. Mirar una revista de moda, llena de modelos,
empezó a ser una suerte de tortura… cada cara me producía una sensación muy
definida pero a la vez indefinible. A lo
sumo podía imaginármela diciendo algo, o reaccionando ante alguna situación. Pero
no podía explicar ni un poco del mensaje de esa expresión. El lenguaje y lo que me dicen las caras están
en compartimentos estancos y no encuentro manera de conectarlos. Eso en sí
mismo es un hecho deslumbrante. Un descubrimiento realmente novedoso. Y debo
admitir que en mi vida no hay tanta novedad últimamente, con lo cual estoy
súper interesado en proseguir esta investigación. La mayoría de las caras de la revista tienen algo
inaceptable, como una falla que las sacaba del centro deseable. Una deviación
que me hacía no quererlas. Pero me resultaba muy difícil explicar. No era capaz ni de aproximarme a definirlo.
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