Sunday, May 03, 2015

Caras 3

Vi “Five easy pieces” la primera película actuada por Jack Nicholson  como protagonista y me pasó algo extraño: una identificación tan fuerte con el personaje  que hasta me veía parecido al actor.  No encontraba disonancia alguna en la cara del joven Nicholson.  Nada lo ponía en off side. Su cara me era tan natural como el olor de mi casa.  En los cuarenta y dos años que pasaron desde entonces vi la mayoría de sus películas y generalmente me gustaron mucho.  Desde la familiaridad  y neutralidad  que se instaló entre el espectador y el actor se podía construir cualquier personaje.  En cambio la cara de Alec Baldwin siempre me ha resultado inaceptable.  Algo en el firulete que hace  su labio superior bajo la nariz. O lo exagerado de la estilización aerodinámica en sus ojos. Un brillo que lo acompaña siempre producto de las miradas que  sabe que recibe …  Entre esos dos actores, en el abismo con que mi percepción  los separa, se ha formado un manantial de preguntas peligrosas  como un taladro que se enciende solo: ¿por qué?  ¿hay algo de fundamento? ¿es la cara reflejo  de la personalidad?   Y después vino una más específica y provocadora: ¿podré poner en palabras lo que me dice una cara?  Un desafío fascinante para alguien que cree que la poesía consiste en nombrar lo que hasta ahora no se ha podido nombrar, pero, a la vez, un desafío en el que no sé  cómo dar ni el primer paso. Mirar una revista de moda, llena de modelos, empezó a ser una suerte de tortura… cada cara me producía una sensación muy definida pero a la vez indefinible.  A lo sumo podía imaginármela diciendo algo, o reaccionando ante alguna situación. Pero no podía explicar ni un poco del mensaje de esa expresión.  El lenguaje y lo que me dicen las caras están en compartimentos estancos y no encuentro manera de conectarlos. Eso en sí mismo es un hecho deslumbrante. Un descubrimiento realmente novedoso. Y debo admitir que en mi vida no hay tanta novedad últimamente, con lo cual estoy súper interesado en proseguir esta investigación.   La mayoría  de las caras de la revista tienen algo inaceptable, como una falla que las sacaba del centro deseable. Una deviación que me hacía no quererlas. Pero me resultaba muy difícil explicar.  No era capaz ni de aproximarme a definirlo.

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