Monday, September 05, 2016

La madre de Carla le cuenta a la enfermera

- Tengo miedo de servir para algo – me dijo

Apoyé sus medias sobre la cómoda sin decir nada y me fui a la cocina… a prepararle el desayuno o a algo, porque no hubiese podido explicarle por qué su madre lloraba.

O quizás  le dije “No te preocupes que no corrés mucho riesgo… y vestite de una vez, Carla, que vas a llegar tarde. A ver, una pata acá, que hace frío, no andes descalza…”

Ella no se acuerda.  Tenía cuatro años, no puede acordarse. Y yo tengo setenta y ocho  así que tampoco puedo acordarme.

Un día me preguntó cuánto costaba un auto. Y, después de un rato,  por qué  no usaban algo más barato para armar embotellamientos de tránsito.
-Tendríamos que elegir una persona y entre todos los demás, hacerla feliz - me dijo a los once – pero no me elijan a mí, porque lo que me hace feliz a mí es no ser feliz.

A los doce conoció a un neurocirujano en el barco, yendo a Montevideo. Le preguntó si podía conectar un nervio suyo con otro de una amiga de ella, porque quería saber cómo sentía el prójimo.

A los diez y siete, cuando estaba por terminar el colegio preguntó por qué no agrandaban el colegio en vez de echarla a ella.

No podía elegir una carrera porque quería saber todo.
- Tengo miedo de no servir para nada si no se todo.- me dijo. Y esa vez sí lloré, no me cabe duda. Y cuando me preguntó qué me pasaba le dije que cuando tenía cuatro años tenía miedo de servir para algo.


-¿Y llorás por haber estropeado ese maravilloso proyecto que fui?-

 

 

 

 

 

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Genial! Pero GE NIAL, eh? Flor

11:54 AM  

Post a Comment

<< Home