Tuesday, May 31, 2016

en memoria de Conrado y el soldado anónimo


Cuando se me mezclan la prosa y la rima sale una especie de pascualina con dulce de leche que cuesta tragar... tratándose de mi autor preferido (mysef) tengo un poco de indulgencia y me publico igual, pero queda advertido todo visitante que lo que sigue será leído a su propio riesgo....
quizás sea un atenuante el hecho de que intentaba narrar  un hecho real .... no, la verdad que no veo cómo eso pueda atenuar nada... si encuentro una palabra mas aceptable que atenuante aviso.



Hice ocho meses de servicio militar en Comodoro Rivadavia, el desierto,  donde no recuerdo haber visto nada vivo más que el viento.

Deambulábamos por el cuartel con uniformes verdes y birretes en la cabeza, que parecían de fotos en blanco y negro, desteñidos por el sol y descocidos por la tristeza.

Los borceguíes cansados de pisar piedra y arena se resignaban al frío, y se parecían cada vez más a nosotros, esperando una esperanza,  más que sucios, fuera de foco por la indiferencia de la distancia.

Un grupo de nosotros era un rastrojo. Oculto el carácter en la cantidad, y bajo la visera, los ojos. De tan triste y deslucida, con tan poco brillo o contraste, de pura opaca la imagen a fuerza de mediocridad, no alcanzaba  a destacarse para provocar ni piedad.

Los oficiales, mejor vestidos, asemejaban billetes, los sumbos eran monedas, y nosotros envoltorios en que se anotan la deudas.

Una noche desmentí todas estas ideas. Me tocó hacer guardia en el puesto uno, frontera contra la pampa desierta y la inmensidad de estrellas. El puesto era una casilla de ladrillo militar revocada de blanco y pintada de vieja cal.

Encendí, contra el viento, un cigarro, metido en esa casucha y a la luz de la llama vi, bajo la cal, unas líneas talladas en el barro, que leí.

Cuatro décadas después recuerdo las letras duras que con paciencia y trabajo tajeaban esa pintura. Un anónimo soldado dejó allí un monumento al brillo de tantos ojos que en el montón no brillaban:

“Música por que sí, música vana. Como la vana música del grillo… Mi corazón eglógico y sencillo, se ha despertado grillo esta mañana.”

Entre el rastrojo asoma ese día un tipo que  me hace señas, sin cara, sin fecha cierta… como una estrella fugaz… uno que me hace creer en todos y  que no conocí jamás.

 

 

 

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Al final uno por seguirte lealmente termina casi casi con una neurosis grave! Me gustó mucho. Creo que lo que más me gusta es que no tengas siempre el mismo ritmo, y si bien es cierto que a veces escribís bodrios con algunos destellos de genialidad, la mayor parte de las veces es al revés. Esta ensalada de hoy estuvo buena. Tiene historia nostálgica, poesía improvisada (porque hay que reconocer el esfuerzo del "birrete descocido por la tristeza" y que haya sido EL GRILLO lo que se encuentra. Good one, Myself! Flor

6:44 AM  

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