Francisco primero
Si te juro que voy a contarte es verdad, y te pido de
rodillas que me creas, posiblemente me digas dale contame. Pero tus ganas de
creerme no habrán crecido en lo más mínimo.
Bueno, me contestó, pero yo soy el Papa. Existe una cosa que
se llama la infalibilidad Papal. No soy yo
el que te lo pide, cuando se trata de fe, el dogma de la iglesia no deja lugar a dudas
de que mi palabra es indiscutible. Estamos hablando de una institución
milenaria. Y no te estoy hablando de San
Lorenzo… en ese plano podemos debatir.
Ojo, le contesté, que yo como cualquier tipo que se precie
tengo un amigo judío, y me informa que
ellos no están de acuerdo y te llevan como tres mil años de ventaja.
Salgamos a fumar un cigarrillo, me dijo. Y yo para mis
adentros me anoté un poroto. Siempre que el otro quiere fumar es que lo tenés
medio acorralado. Y no es que yo tenga algo contra el Papa en especial… a mí me
gusta tener al otro acorralado, siempre. Y no lo digo con orgullo. El día que
Maru me conoció me dijo sin maldad, como si me dijera, ah sos uruguayo, vos sos
un cagón y yo pensé esta mina es peligrosa de una manera positiva. Pero sí,
acorralar al otro es estrategia de cobarde. Y como parte del asunto es mantener
las jerarquías fuera del asunto y no mostrar demasiado respeto, le dije esperá
que termino la hamburguesa. No le hizo mella. Porque hace poco que es Papa y no
se la cree. Así como yo sigo siendo un mochilero el sigue siendo un pibe de
barrio. Si te descuidás es más ateo que yo. Medicos sanos, militares valientes,
policías honestos, curas creyentes, ¿quién cree que el hábito hace al monje?
¿Vos fumás? Le dije cuando estábamos en la vereda y el sacó
un atado y unos fósforos que no vi bien, pero hubiera jurado que eran
Ranchera como los de mi infancia. Me
aflojaba mucho que estuviera disfrazado de tipo cualquiera con jeans y esa
gorra negra que lo hacía otra persona. No, me dijo, es parte del disfraz, pero
me gusta tener esa excusa… fumé hasta el conservatorio, y de vez en cuando es
divertido.
Me dijo Firter que estas salidas no son novedad… hace tiempo
que bajás al llano y te juntás con un simplón como yo, periódicamente, disfrazado de cualquiera.
Me miró como si fuésemos viejos amigos: Yo hago todo lo
posible por conectarme para arriba para que mis decisiones sean las mejore,
pero a veces se llega arriba desde el boliche de hamburguesas.
Ahí me animé y le dije: ¿vos pensás que sos mejor que yo?
Para mi sorpresa la pregunta parecía hacerlo feliz.
Pero muy feliz. Se paró y dio unos pasitos como de baile
sofrenado, festejando un gol rodeado de hinchas contrarios. Le pidió al mozo de
afuera una botella de vino y prendió otro cigarrillo. Yo, que como ya fue
aclarado, soy un cobarde, tenía cierta preocupación por lo que viniera después.
Pero no se notaba.
Se bajó medio vaso de chianti de un trago y me dijo.
Quizá esta noche sea mejor que vos…. Porque no te imaginás
la falta que me hace divertirme.
1 Comments:
Francisco primero sos vos! El es Jorge (sosteniendo y apoyando que el hábito no hace al monje) Eso sí, definitivamente acorralar es de cobarde, y quizá se hubiese divertido mucho más sin sentirse acorralado. Un encuentro de antología!
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