La lógica del optimismo
Me levanto lleno de optimismo.
Un optimismo absurdo.
Porque nada ha cambiado.
Pero ¿vos qué harías? ¿Rechazarlo? ¿Devolverlo al fabricante porque no corresponde?
Nah…
Le damos la bienvenida…
Un poco de culpa metodológica me agarra… ayer decía que Jesús era un boludo por resucitar a Lázaro y obligarlo eventualmente a morirse de nuevo… hoy no puedo aceptar el optimismo sólo porque apareció y no cobrarle las facturas de todos los suicidios.
Pasé horas sufriendo… y ojo que una hora de sufrimiento no es una hora de reloj. Y ahora porque salió el sol ¿voy a dejar pasar todo?
No sé ante quien, pero tengo vergüenza.
Y por lo tanto voy a usar esta alegría de sábanas recién lavadas y secadas al tibio viento soleado para corregir el universo.
Voy a sufrir esta energía de luz al servicio de los que sufrimos siempre de noche.
Por dónde empiezo: los niños con síndrome de down, los presos, el cambio climático, los que se quejan de noche en las camas del hospital, la educación, la belleza, el cáncer de mama, las especies en peligro de extinción, los que tienen miedo, la maravilla de bailar que algunos no conocen y debieran conocer lo antes posible, el tao, los baches de las calles que rompen los neumáticos de esforzados taxistas, la física cuántica que nos está por revelar la casa del vecino universal, la música que todo puede en su espacio sin cadenas, los elefantes y las ballenas, las tortugas, los dibujos de Picasso, las plantas curativas que conocen los jíbaros, los clásicos de la literatura griega y romana, mi vecino que sufre, las 54 lenguas indígenas de Guatemala que se están por perder, las villas miseria donde el paco destruye las explicaciones, las fábricas de gaseosas que inyectan azúcar , sal y cafeína en las venas de sus amigos, la poesía que me guiña un ojo, mis hijos que son poesía, la aventura espacial que nos saca del mundanal ruido, el amor de mi gata siempre incierto, la calle que se abre mil veces ofreciéndome romper la rutina, la velocidad que me habla en secreto de pecados, el alcohol que da y quita y le sale una jorobita, los deportes y el ego y el fuego y el mar y la meditación y el sexo y el amor y el espejo y las letras del teclado y la hoja en blanco y el hacer pis, y dormir y quedarme quieto escuchando.
Un optimismo absurdo.
Porque nada ha cambiado.
Pero ¿vos qué harías? ¿Rechazarlo? ¿Devolverlo al fabricante porque no corresponde?
Nah…
Le damos la bienvenida…
Un poco de culpa metodológica me agarra… ayer decía que Jesús era un boludo por resucitar a Lázaro y obligarlo eventualmente a morirse de nuevo… hoy no puedo aceptar el optimismo sólo porque apareció y no cobrarle las facturas de todos los suicidios.
Pasé horas sufriendo… y ojo que una hora de sufrimiento no es una hora de reloj. Y ahora porque salió el sol ¿voy a dejar pasar todo?
No sé ante quien, pero tengo vergüenza.
Y por lo tanto voy a usar esta alegría de sábanas recién lavadas y secadas al tibio viento soleado para corregir el universo.
Voy a sufrir esta energía de luz al servicio de los que sufrimos siempre de noche.
Por dónde empiezo: los niños con síndrome de down, los presos, el cambio climático, los que se quejan de noche en las camas del hospital, la educación, la belleza, el cáncer de mama, las especies en peligro de extinción, los que tienen miedo, la maravilla de bailar que algunos no conocen y debieran conocer lo antes posible, el tao, los baches de las calles que rompen los neumáticos de esforzados taxistas, la física cuántica que nos está por revelar la casa del vecino universal, la música que todo puede en su espacio sin cadenas, los elefantes y las ballenas, las tortugas, los dibujos de Picasso, las plantas curativas que conocen los jíbaros, los clásicos de la literatura griega y romana, mi vecino que sufre, las 54 lenguas indígenas de Guatemala que se están por perder, las villas miseria donde el paco destruye las explicaciones, las fábricas de gaseosas que inyectan azúcar , sal y cafeína en las venas de sus amigos, la poesía que me guiña un ojo, mis hijos que son poesía, la aventura espacial que nos saca del mundanal ruido, el amor de mi gata siempre incierto, la calle que se abre mil veces ofreciéndome romper la rutina, la velocidad que me habla en secreto de pecados, el alcohol que da y quita y le sale una jorobita, los deportes y el ego y el fuego y el mar y la meditación y el sexo y el amor y el espejo y las letras del teclado y la hoja en blanco y el hacer pis, y dormir y quedarme quieto escuchando.
Al próximo optimismo le voy a capar la lógica.
1 Comments:
La ciencia dice que lo que todos entendemos como frío... En realidad no existe. Es solo la ausencia de calor. El hielo no está "frío", simplemente esta menos caliente que nuestro dedo cuando lo toca y por eso sentimos esa explosión térmica.
Lo bello de esto es que para definir al frío, en realidad, sólo y necesariamente puede usarse la palabra calor. Más caliente. Menos caliente.
Con la vida y la muerte pasa igual. La muerte, en realidad, es la ausencia de vida, pero de forma necesaria, la única manera de entender la segunda es a través de la primera.
Benedetti decía que "la muerte es sólo un signo de que hubo vida". Y así es. Más vida, menos vida. Lo importante es esa palabra y todo lo que contiene.
Los pares opuestos cobran una enorme importancia. No hay lógica universal en los sentimientos, cada uno se arregla como puede. Optimismo, pesimismo, alegría, tristeza, VIDA y MUERTE. Lo que termina siendo una gran esperanza, ya que para que alguien muera tuvo que haber vivido. Y para sentirse optimista se tuvo que haber salido del pesimismo. Y ser pesimista, y emborracharse también significa que estas vivo. Solo éso, no? Flor
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