Thursday, May 12, 2016

Como cuando era chico


He dejado de comer.

Al carcelero no le importa.  Ni se entera ya que mis compañeros devoran mi ración.

La aventura de la muerte me ha resultado súbitamente, en un amanecer, mucho más interesante que la rutina de la vida en cautiverio. En un segundo me ha parecido obvio que si Abraham  y Sócrates y Julio Cesar y Napoléon  ya están de ese lado y lo aceptaron, no tenía mucho sentido que yo me resistiera. Veo a mis amigos del alma comerse  mi ración con avidez y me debato suavemente entre dos ideas:  la primera es que no han entendido lo breve de la vida a la que se aferran y  la segunda …ay … me cuesta admitirlo...   la idea de que debe haber un sentido en el feroz  instinto con que se agarran a esa pasajera vida.

Seguramente a alguien le interesará saber quién encerró y en cierta manera mató al que morirá cuando yo muera. Alguna jerarquía que la edad confiere al que no comete muchos errores me han dado cierto reconocimiento social contemporáneo y quizás tenga mis quince minutos de fama post mortem.

No recuerdo a mis verdugos. Unos jóvenes me arrancaron de mi casa. Pero  supongo que ni me conocían. Me está  matando una máquina sin caras a la que es difícil odiar si uno se sincera.

El hambre es muy doloroso  los primeros cuatro o cinco días. Después es una gloria.

Quien quiera entender lo que digo deberá agacharse. Desde la altura del hombre en pie  no se puede entenderme.  Acuéstese  si quiere entenderme y sienta cómo el horizonte viene a taparlo de tierra para que la vida siga. Tome usted conciencia de que las horas no son nada, ni los años ni los siglos.

Con el hambre de diez días ya el cuerpo, flaco como un cuchillo,  es invencible y el alma mira desde los pájaros.

Cabe pedir perdón por esta soberbia… pero, ateo como soy, me siento cerca del cielo, y viendo lo que veo desde arriba…. nada de lo que tuvo  sentido lo tiene ahora.

Si tuviera un alto parlante le diría a todo el mundo que dejaran de pelear…. Pero ya no tengo ni fuerza para levantarme…. Ya no sé por qué estoy acá… ya no siento culpa.

La vida ha vuelto a ser simple como cundo era chico.

 

 

 

3 Comments:

Anonymous Leo said...

Genial Boy!
Saludos.
Leo.

6:29 AM  
Blogger Silvia Bonetti said...

Muy bueno.
Ayuno y misticismo siempre ha ido bastante juntos. Pero la vida viene con el hambre. Y con la voracidad todas las plagas humanas.
Por otro lado, con toda la gente que no come en el mundo, no lo ha vuelto un planeta más lúcido, no.

8:13 AM  
Anonymous Anonymous said...

La muerte...Qué difícil ignorarla! Me gustó mucho. Flor

5:16 PM  

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