El mango del hacha
Tuve que cambiarle el mango al hacha hace como… qué se yo… ya los meses y los años no tienen la forma que tenían antes… Y quedó el viejo mango junto a mi colección de bastones y se contagió de la importancia que tienen algunos de esos… y el tiempo le dio derechos… y se fue quedando.
Pero, con la obra que hicimos en la chimenea, mi mujer sacó
muchas cosas afuera para que no se llenaran de polvo… y sólo entró de vuelta
algunas. El mango quedó afuera. En la
canasta de la leña junto con algunos otros bastones que eran palos silvestres
adoptados por mí en algún paseo por la naturaleza.
Hoy puse ese mango en el fuego.
Tengo casi sesenta y dos años. A esa edad murió, o yo creo que murió, mi
abuelo. Eso puso muy triste a mi abuela. Y mi abuela era más cercana a mí que
mi madre. Pero yo era sólo un nieto y no tenía suficiente ancla para no dejarla
morir, poco después.
Veo ese mango en el fuego y me pregunto por qué lo dejo ir.
No me conozco lo suficiente para saber por qué hago lo que hago. Me la paso
preguntando. Eso me hace interesante para algunas pocas personas que no tienen
que sufrirme de cerca.
No sé qué mas decir.
1 Comments:
Anecdótico-simbólico-tierno-sencillo.Flor
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