Caras 2

2.       Llego a la casa de mi sobrina, casada con un millonario veinte años menor que yo.  El living es un lugar donde uno quiere estar.  Donde pareciera que las conversaciones no podrán nunca incluir un lugar común. Donde aunque uno no tenga mucho que pensar se siente inteligente con solo entregarse al ambiente.  Nos saludamos y me ofrecen algo de tomar…. Imagino que será algo exquisito y acepto.  Me invitan a la sala de cigarros para poder fumar.  En la pared me recibe un retrato de mi sobrina, con un bretel medio caído.  Desde la tela, su mirada me está diciendo algo que nunca dijo antes pero que parece sintetizar su personalidad. La miro a ella y al  cuadro.  Ella parece más simple, casi falsa comparada con la afirmación que hace su cara desde la pared. Por esas cosas que tiene el deseo que se asocian con el pudor postergo el pedido, pero al final, terminados los postres y el café pregunto por el pintor y me voy con su número de teléfono.

caras 1

 

1.       Recupero mi mochila a la salida del túnel de seguridad del aeropuerto y me dispongo a seguir hacia la puerta de embarque número once. Pero al girar veo un tipo que se está poniendo el cinturón que debió sacarse para pasar el control de armas por la hebilla metálica. Enfrente a él, dándome la espalda, una rubia de brillante pelo largo y pantalones espectaculares  le habla mientras  recupera su celular de su cartera y lo calza (ay!) en el bolsillo trasero de ese pantalón que tan bien le queda.  Trato de imaginarme su cara en base a la de él. ¿Con qué tipo de mujer viaja hacia la felicidad  y la lujuria un ganador como este que no lleva maletín de trabajo sino accesorios de lujo de marcas caras?  Construyo en mi mente un rostro impactante aunque no muy definido,  una belleza agridulce de desafiante inteligencia dispuesta a construir conmigo los escalones  musicales de una escalera al cielo. Una cara que al apoyarse en mi hombro me conecte con el poder infinito del presente.  Hago los seis pasos que me permitirán verla de frente y tocándome el bolsillo giro sobre mis talones como quien súbitamente recuerda que olvidó algo. Y la miro.

Pura lógica

Si no perdés tanto tiempo en ahorrar vas a tener mucho más tiempo para gastar.

mosquito aletargado

Las palabras no han dejado de existir. Pero no escribo. Llega el otoño y los mosquitos se aletargan y las moscas abandonan la ventana. Se ha quedado el aire sin surcos, la hoja sin espineles, y no entran los catéteres por mis arterias a buscar dónde se ha depositado, en exceso, la poesía mala.

Estoy viajando demasiado: Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador… me siento arrancado. En un rato llega el taxi. Uno siempre se pregunta si vuelve… uno mira con tristeza lo poco que hay para llevar… un se arrepiente de no estar, de no estar mucho más antes de irse o al volver.

El mundo gira como el cubo mágico, moviendo cuadraditos de colores, tratando de encontrar la solución.

Prefiero que ladre el perro del vecino.