Thursday, May 14, 2015

Suicidarse un día e lluvia


Los periodistas y los escritores tratamos el tema de la muerte como un producto delmercado.

Cuando es tu padre el que murió en la avioneta, no te gusta que lo mencionen en una frase de veinte segundos durante las noticias que escuchas por televisión, al desayuno, entre otras notas de poca importancia como la epidemia de piojos de la escuela primaria local o las últimas encuestas sobre la popularidad del presidente.

Y cuando estás parado sobre la baranda del Golden Gate Bridge a las cuatro de la mañana viendo la lluvia, iluminada por los faroles del puente,  caer como si te indicara el camino hacia la muerte, lo que pensás nunca se sabe. Nunca es reflejado por las noticias. Porque cae con vos y se destroza en el impacto.

Las gotas se dejan de ver cuando se alejan y la luz no las alcanza con tanta intensidad. Se hunden en una blanda obscuridad. ¿Te atrajo esa incógnita? Ese final fuera de la vista ¿te pareció benigno, acogedor? ¿pensaste que tal vez saldrías con vida?

En la larga caída… ¿mantuviste los ojos abiertos? ¿Pudiste ver que las gotas cayendo a tu lado eran redondas y no como las dibujan, con forma  de gota? ¿Te importó ese último descubrimiento?

Sunday, May 10, 2015

Delivery

Recientes estudios revisionistas demuestran que los estadounidenses pretendieron usurpar la idea de la entrega de alimentos a domicilio mediante ciclomotores poniéndole el nombre anglosajón por el que se lo conoce hoy en día: "delivery". Pero se han hallado pruebas suficientes que demuestran que el inventor fue un japonés de nombre Yamamoto.
Su asistente, que no quiso quedar fuera de esta reseña, cada vez que entraba un pedido le decía a su jefe: "Yamamoto, oto que lo yama!!"

Saturday, May 09, 2015

Puntada


Como si fuera una sopa prefabricada quisiera agregarle agua a esta arena y que se transforme en un momento de paz. Entre una liana que suelta Tarzán y la que va agarrar… quisiera agregar agua. En las teclas de una máquina de escribir sería bueno verla escurrirse en cámara lenta y alta definición.

Casi te diría que me animo a dejarle al agua toda la responsabilidad futura… que haga lo que manden los declives y el viento y las inescrupulosas corrientes negras conjurándose a oscuras.

Porque cuando la vida es  intensa  y sincera, en medio del baile te sorprende con una puntada entre las costillas como la llegada del cartero. Un viejo me dijo que no es igual para  todos.  Que algunos ni se enteran. Y que el mensaje no es siempre el mismo.

Ayer. Hace un día, hoy,  se voló una tapa y cuando vi adentro me acordé del viejo ese explicándome cómo era, la costilla y el cartero.
Uno puede saber algo y no saberlo a fondo. Todo conocimiento es superficial hasta que sentís eso en las costillas, y un ruidito inconfundible en la puerta.

Supe ayer que, a partir de que me muera, nunca más voy a ver el agua.

Sunday, May 03, 2015

Caras 4

Cortázar en uno de sus cuentos habla de una chica de nariz cruel. Un paso en la dirección adecuada.  Un paso hacia el Sur, pero el Sur es infinito.  Puede haber cientos de chicas de nariz cruel pero serán absolutamente diferentes entre ellas. Sus caras me dirán mucho más, pero no lograré palabras, oraciones, metáforas que acerquen ese mensaje a otra persona… ni, debo admitirlo, a mí mismo.  Lo que no puedo expresar, explicar, clavar con alfileres como a una mariposa de colección… no me pertenece… queda flotando como las danzas de los copos de nieve en el viento: bellas, indescifrables.

Caras 3

Vi “Five easy pieces” la primera película actuada por Jack Nicholson  como protagonista y me pasó algo extraño: una identificación tan fuerte con el personaje  que hasta me veía parecido al actor.  No encontraba disonancia alguna en la cara del joven Nicholson.  Nada lo ponía en off side. Su cara me era tan natural como el olor de mi casa.  En los cuarenta y dos años que pasaron desde entonces vi la mayoría de sus películas y generalmente me gustaron mucho.  Desde la familiaridad  y neutralidad  que se instaló entre el espectador y el actor se podía construir cualquier personaje.  En cambio la cara de Alec Baldwin siempre me ha resultado inaceptable.  Algo en el firulete que hace  su labio superior bajo la nariz. O lo exagerado de la estilización aerodinámica en sus ojos. Un brillo que lo acompaña siempre producto de las miradas que  sabe que recibe …  Entre esos dos actores, en el abismo con que mi percepción  los separa, se ha formado un manantial de preguntas peligrosas  como un taladro que se enciende solo: ¿por qué?  ¿hay algo de fundamento? ¿es la cara reflejo  de la personalidad?   Y después vino una más específica y provocadora: ¿podré poner en palabras lo que me dice una cara?  Un desafío fascinante para alguien que cree que la poesía consiste en nombrar lo que hasta ahora no se ha podido nombrar, pero, a la vez, un desafío en el que no sé  cómo dar ni el primer paso. Mirar una revista de moda, llena de modelos, empezó a ser una suerte de tortura… cada cara me producía una sensación muy definida pero a la vez indefinible.  A lo sumo podía imaginármela diciendo algo, o reaccionando ante alguna situación. Pero no podía explicar ni un poco del mensaje de esa expresión.  El lenguaje y lo que me dicen las caras están en compartimentos estancos y no encuentro manera de conectarlos. Eso en sí mismo es un hecho deslumbrante. Un descubrimiento realmente novedoso. Y debo admitir que en mi vida no hay tanta novedad últimamente, con lo cual estoy súper interesado en proseguir esta investigación.   La mayoría  de las caras de la revista tienen algo inaceptable, como una falla que las sacaba del centro deseable. Una deviación que me hacía no quererlas. Pero me resultaba muy difícil explicar.  No era capaz ni de aproximarme a definirlo.